Los principales funcionarios de comercio de Donald Trump están reduciendo sus ambiciones de lograr acuerdos recíprocos amplios con países extranjeros y, en su lugar, buscan pactos más acotados para evitar la inminente reimposición de aranceles estadounidenses. Cuatro personas familiarizadas con las conversaciones señalaron que los funcionarios estadounidenses buscan acuerdos escalonados con los países más comprometidos, en una carrera contrarreloj para cerrar pactos antes del 9 de julio, fecha en la que Trump prometió restablecer sus aranceles más severos. El plan más limitado y fragmentado para nuevos pactos representa un retroceso respecto a la promesa de la Casa Blanca de concretar 90 acuerdos comerciales durante la pausa de 90 días en la aplicación de los aranceles "recíprocos" anunciados por el presidente el 2 de abril. Sin embargo, esta estrategia también ofrece a algunos países la oportunidad de alcanzar acuerdos modestos. Según las fuentes, la administración buscaría "acuerdos en principio" sobre un pequeño número de disputas comerciales antes de la fecha límite. Los países que acepten estos acuerdos acotados se verían eximidos de los aranceles recíprocos más duros, pero mantendrían el gravamen existente del 10% mientras continúan las negociaciones sobre cuestiones más complejas, señalaron las fuentes. No obstante, las conversaciones siguen siendo complejas. Paralelamente a este enfoque más reducido, la administración también evalúa imponer aranceles a sectores considerados críticos, según personas al tanto de la situación. Esta doble vía, que combina la amenaza de nuevos aranceles con la disposición a negociar acuerdos, pone de manifiesto la dificultad que enfrentan los negociadores con Trump, quien utiliza el comercio como herramienta de presión para obtener concesiones de otros países. La semana pasada, el presidente anunció que pondría fin a las negociaciones comerciales con Canadá, lo que llevó a Ottawa a rescindir de inmediato el impuesto a los servicios digitales que Washington había objetado. Trump provocó una caída global de los mercados bursátiles a comienzos de abril tras imponer aranceles elevados a los principales socios comerciales de Estados Unidos, en medio de semanas de implementación caótica de la política comercial, marcada por cambios y marchas atrás. Aunque posteriormente dio marcha atrás en algunas de las medidas más punitivas, hasta ahora EE.UU. solo logró un acuerdo comercial con el Reino Unido y firmó una tregua tentativa con China. El Departamento de Comercio de EE.UU. ya había iniciado investigaciones por motivos de seguridad nacional -conocidas como investigaciones de la Sección 232- sobre bienes como cobre, madera, partes aeroespaciales, productos farmacéuticos, chips y minerales críticos. Varios países en negociaciones serias con EE.UU. buscaron alivio respecto a los aranceles sectoriales existentes, del 25% sobre automóviles y sus partes, y del 50% sobre acero y aluminio. El acuerdo comercial de EE.UU. con el Reino Unido contempla un cupo limitado de tarifas reducidas para automóviles británicos y compromisos para negociar exenciones en productos farmacéuticos. El Reino Unido también logró reducciones en los gravámenes sobre acero y piezas aeroespaciales. Según personas cercanas a las conversaciones, la poca claridad respecto a los posibles nuevos aranceles sectoriales que EE.UU. podría imponer en el futuro dificulta las discusiones. El lunes, el secretario del Tesoro, Scott Bessent, sugirió que la atención de EE.UU. estaba centrada principalmente en los aranceles recíprocos, dejando los gravámenes sectoriales para más adelante. "Las medidas de la Sección 232 tardan más en implementarse, así que veremos qué sucede con ellas", afirmó en una entrevista con Bloomberg TV. Tampoco está claro cómo Trump fijará nuevas tasas arancelarias para los países que no logren un acuerdo antes del 9 de julio. Ese mismo lunes, la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, indicó que Trump se reuniría con su equipo comercial para definir los aranceles para "muchos de estos países si no negocian de buena fe". Más tarde, el presidente insinuó en su cuenta de Truth Social que Japón recibiría una nueva tasa arancelaria, a pesar de las semanas de negociaciones comerciales entre ambos países. "Para mostrar cómo algunos países se han vuelto consentidos respecto a Estados Unidos -y tengo gran respeto por Japón-, no quieren aceptar nuestro ARROZ, y sin embargo tienen una escasez masiva de arroz", escribió Trump. "En otras palabras, simplemente les enviaremos una carta, y nos encanta tenerlos como socios comerciales por muchos años más". Algunas fuentes indicaron que también existe incertidumbre respecto a si Trump mantendrá su cronograma para poner fin a la pausa de 90 días. Bessent también dijo a Bloomberg TV que cualquier extensión potencial de la fecha límite del 9 de julio dependería del presidente, aunque esperaba ver "una avalancha" de acuerdos antes de la fecha. Sin embargo, la semana pasada, el secretario del Tesoro dijo a Fox News que EE.UU. negociaba con 18 socios comerciales y que los acuerdos podrían cerrarse durante el verano. En mayo, dos fallos judiciales declararon ilegal el uso de poderes de emergencia por parte de Trump para imponer aranceles recíprocos. La administración apeló, pero las sentencias también sumaron incertidumbre a las negociaciones, según fuentes cercanas. La Casa Blanca declinó hacer comentarios.