China acusó a Estados Unidos de haber hecho una incursión marítima "ilegal" después de que un buque de guerra norteamericano navegó cerca de una isla artificial en el Mar del Sur de China en un intento por desafiar los reclamos territoriales de Beijing en aguas disputadas.

Éstas son los cinco factores a tener en cuenta mientras escalan las tensiones marítimas en la región.

n El Mar del Sur de China está cada vez más militarizado. En los últimos años, China construyó cinco islas artificiales en el Mar del Sur de China y está construyendo al menos tres aeródromos donde pueden despegar y aterrizar aviones militares.

En respuesta a la presencia militar china, el USS Lassen, un destructor de misiles guiados clase Arleigh Burke, navegó en las cercanías de dos de esas islas. A su vez, Beijing probablemente acuse a Estados Unidos de estar militarizando la región.

n Lo que importa es el control de los mares y no quién es propietario de las islas. Estados Unidos no está enviando un destructor cerca de las islas artificiales en protesta a los reclamos de soberanía en el Mar del Sur de China. Estados Unidos insiste en que es neutral en cuanto las disputas territoriales entre China y otros cinco países. Por el contrario, Norteamérica está tratando de demostrar que las islas artificiales no le otorgan a China el control sobre los mares que las rodean. Según el derecho internacional, los países pueden ejercer su soberanía sobre el mar territorial hasta 12 millas náuticas en torno a islas genuinas pero no aquellas fabricadas por el hombre. Desde el Departamento de Defensa de Estados Unidos, el país "está conduciendo operaciones rutinarias en el Mar de China Meridional tal como lo establece la ley internacional".

n Eso significa que los detalles son importantes. La Marina estadounidense está enviando el destructor para que navegue cerca de los arrecifes Subi y Mischief por una buena razón, porque según los expertos norteamericanos, ambas islas artificiales son totalmente hechas por el hombre. El arrecife Fiery Cross, otra de las islas nuevas donde China está construyendo un aeródromo que puede recibir aviones militares, originalmente tenía algunas rocas sobre la superficie del agua, lo cual podría darle un status legal levemente más ambiguo.

n Y habrá más. Los funcionarios norteamericanos aseguran que la llamada "operación de libertad de navegación" es el comienzo de una serie de misiones en la zona. Pero las futuras operaciones también se acercarán a otras tierras reclamadas por otros países, incluyendo Filipinas y Vietnam. El objetivo es tratar de demostrar que Estados Unidos no está tomando partido en las disputas territoriales de la región.

n Reacción de China. Nada de eso podrá tranquilizar a Beijing, que ya reaccionó con enojo frente a la incursión de ayer y a la posibilidad de que haya varias misiones navales cercanas a las islas nuevas. Los analistas sostienen que es poco probable que en este escenario haya un enfrentamiento entre buques norteamericanos y chinos, que es el mayor riesgo.

Sin embargo, China podría usar la incursión de Estados Unidos como pretexto para intensificar su presencia militar en las islas, colocando más radares y equipos de comunicación y aumentando su capacidad de controlar la actividad en la región.

n La respuesta regional. En líneas generales, el resto de la región recibirá bien la iniciativa de Estados Unidos. Vietnam y Filipinas están enfurecidos por lo que ven hace unos años como un juego de poder de China en el Mar del Sur de China. Más recientemente, Malasia y hasta Indonesia expresaron su preocupación. La pregunta a largo plazo es si Estados Unidos puede aprovechar esta ansiedad para movilizar una coalición de naciones en la región que pueda equilibrar el creciente poder de China.