
Son muchas las expectativas en torno a la nueva zona de libre comercio que tendrá China. Las viviendas de suburbios cercanos al lugar están todas vendidas. Las acciones de las compañías que podrían beneficiarse registraron subas, algunas de hasta 300% en el mes pasado. Los economistas la consideran la reforma más significativa de China en más de una década.
Pero a los inversores y analistas no se les puede preguntar qué implica exactamente la zona franca porque, al menos por ahora, lo desconocen.
Cuando en julio el gabinete aprobó la creación de la zona de libre comercio en Shanghai, los funcionarios locales inicialmente lo describieron como una bendición para la industria de la logística. Aseguraron que llevaría a una reducción de los aranceles sobre los productos embarcados en la zona, lo que es importante pero para nada revolucionario.
Sin embargo, desde entonces no dejaron de crecer las especulaciones sobre sus otras implicancias. El gabinete sugirió que se usará como experimento para las reformas financieras, como la desregulación de las tasas de interés, el tipo de cambio convertible y la eliminación de las restricciones a la inversión por parte de empresas extranjeras, según asesores del gobierno.
El premier Li Keqiang quiere usar la zona como un experimento para acelerar la liberalización del sector de servicios local y de la cuenta de capital, contó Liu Ligang, economista de ANZ.
Esas medidas forman parte del proyecto a largo plazo de China mientras el gobierno trata de evitar que la economía dependan tanto de la inversión y se incline más por las industrias más innovadoras. Pero es difícil superar la arraigada oposición burocrática a esas reformas y es riesgoso implementarlas a nivel nacional.
De ahí proviene la decisión de centrar el esfuerzo de reforma a un lugar específico. Al elegir la zona franca de Shanghai como crisol para el cambio, Li acude a la misma estrategia de principios de los años 80, cuando el gobierno testeó reformas de mercado en la ciudad de Shenzhen antes de aplicarlas a todo el país.
Según los medios estatales, el gobierno lanzará oficialmente la zona franca este domingo con el anuncio de 56 medidas distintas. La zona de libre comercio comprenderá tres lugares: el aeropuerto de Pudong, el puerto marítimo Yangshan y la zona de logística Waigaoqiao. Juntos suman 28 kilómetros cuadrados y están a una hora en auto de Lujiazui, el principal distrito financiero de Shanghai.
El South China Morning Post de Hong Kong informó que el gobierno también suspendería sus controles a la actividad online en la zona franca, por lo que allí se podrá acceder a sitios bloqueados en otras partes del país, como Facebook y Twitter. En esa área no hay residentes, sólo oficinas, fábricas y hoteles pero tal medida sería un fuerte símbolo del esfuerzo reformista del gobierno.











