Cuando los israelíes hoy voten en las elecciones generales, el mundo estará atento a si se termina el reinado del "Rey Bibi", Benjamin Netanyahu, su líder que más se mantuvo en poder desde David Ben-Gurion.

Pero habrá que tener paciencia porque es muy probable que no haya un claro panorama aún cuando se conozcan los primeros resultados de los comicios a las 22, hora israelí.

La Unión Zionista de centroizquierda de Isaac Herzog está superando al Likud de Netanyahu en cuatro bancas, según los últimos sondeos anteriores a la votación, conocidos el viernes. Las proyecciones le dan entre 24 y 25 escaños, contra los 20 a 22 que obtendría Likud.

Sin embargo, el partido de Herzog casi seguramente tenga problemas para formar una coalición estable en el Knesset de 120 bancas, y Netanyahu todavía podría quedarse otros cuatro años como primer ministro de Israel. Eso se debe a que el presidente de Israel tiene amplia libertad en la decisión de a quién designar para formar una coalición. Reuven Rivlin aseguró que dará el mandato a la persona mejor capacitada para formar gobierno, que puede o no ser el mayor partido tras las elecciones.

Los días posteriores a los comicios, Herzog o Netanyahu tendrán que llegar a Rivlin con el apoyo de partidos que representen juntos el 61% o más de las bancas. Sin embargo, hay varios partidos en esta votación que podrían girar a la centroizquierda o a la derecha.

Entre ellos están el centrista Yesh Atid del ex ministro de Finanzas Yair Lapid, y el nuevo partido Kulanu formado por Moshe Kahlon, ex ministro de comunicaciones.

Además los sondeos podrían estar equivocados. En 2013, no pudieron prever los sólidos resultados que obtuvo el partido de Lapid, que sorprendió a los observadores convirtiéndose en el segundo partido más grande en el Knesset. Hasta el viernes, cerca del 10% de los votantes seguían indecisos, que equivale a 12 bancas.

Son tres los posibles escenarios para la próxima coalición de Israel. Las cifras se basan en el sondeo de Migdam/Yedioth Ahronoth del viernes.

n Coalición con "cualquiera menos Bibi"

Herzog pidió a los votantes que le den a su partido al menos 30 bancas, la cuarta parte del Knesset que según él necesita para gobernar de manera eficaz. No es de extrañar: su partido tiene menos aliados naturales en la legislatura que Likud.

El primer socio de Unión Zionista sería el pequeño Meretz de izquierda. Entre los demás se encuentran los partidos de Lapid y Kahlon; se podría convencer a los dos partidos judíos ortodoxos para que se unan a la centroizquierda. Esta combinación rendiría unos 64 escaños. Herzog podría también acudir al derechista ministro de Exteriores Yisrael Beiteinu de Avigdor Lieberman, si bien se sentiría incómodo al lado de Meretz. Tampoco queda claro si éstos últimos dos partidos, que se mantienen cerca del mínimo de votos de 3,25%, lograrán entrar al Knesset.

Otra potencial influencia para la centroizquierda es la Lista Conjunta, el nuevo partido árabe unificado que según el sondeo quedaría en tercer lugar.

n Regresa Netanyahu

Con lo peleadas que están las encuestas, los israelíes ven similitud con la votación de 2009. Eso preocupa a los izquierdistas y da esperanza a los conservadores. En esa elección, Tzipi Livni, entonces presidente del partido de centro y compañero de fórmula de Herzog en Unión Zionista este año, ganó una banca más que Likud. Sin embargo, el entonces presidente Shimon Peres concluyó que Netanyahu estaba mejor posicionado para formar gobierno y entregó a él esa tarea. Esa fue la primera vez en la historia de Israel que un partido que había quedado en segundo lugar terminó encabezando el gobierno.

Likud de Netanyahu quizás esté cayendo en las encuestas y esté internamente desmoralizado, pero todavía tiene más aliados naturales que Herzog. Entre ellos se incluyen La Casa Judía, de Naftali Bennett, partidos religiosos y Lieberman, el ex socio de Likud.

Netanyahu y Lapid están enfrentados desde la última administración, pero no habría que descartar que ambos formen gobierno. Una coalición de este tipo conseguiría 73 bancas.

n Una gran coalición

Los medios israelíes comentaron el fin de semana que Rivlin podría tratar de facilitar un gobierno de unidad, porque la votación probablemente no deje una clara victoria para ningún partido.Esos informes deberían tomarse con escepticismo, al menos hasta las elecciones, ya que Netanyahu y Herzog afirmaron que no quieren un gobierno de unidad.

Sin embargo, vale la pena recordar que Herzog dijo que no quiere ser "chantajeado" por los partidos chicos. Él es un pragmático que antes se desempeñó como ministro bajo la conducción de primeros ministros de derecha, incluyendo Netanyahu.