
Cuando China lanzó el mayor paquete de estímulo de su historia en respuesta a la crisis de 2008 y a la desaceleración de los mercados exportadores de Occidente, tuvo un precio.
Hoy China está lidiando con una factura que para algunos economistas llevó a que la deuda total en relación con el PBI supere el 200%.
Aunque China ofrece el ejemplo más extremo del uso de deuda para financiar el crecimiento, ése es un patrón que se ha repetido en toda Asia. Sin exportaciones, los bancos centrales abren las canillas, lo que conduce a un salto en el endeudamiento familiar y corporativo.
Ahora que la Fed de EE.UU. está analizando revertir su política monetaria ultra expansiva, la región enfrenta un nuevo desafío: lidiar con la vida después de la deuda. Y mientras los inversores miden el impacto de la transición, volvieron los fantasmas de la crisis financiera asiática de 1997-1998.
Todo este dinero del estímulo norteamericano ha llevado a una gran burbuja de inflación de crédito, comentó Kevin Ñai, economista jefe regional en Daiwa Securities. El delito ya fue cometido, ahora tenemos que enfrentar las consecuencias. Durante ese proceso habrá mucho daño... es como un llamado de reposición de margen. Las familias tendrán que vender sus activos. Habrá mucha destrucción de riqueza, agregó.
Es fácil de escuchar los ecos de una crisis asiática. El crecimiento del crédito desde 2008 ha sido rápido, lo que ha provocado un aumento en los precios de las viviendas, altas tasas de crecimiento y mega acuerdos empresariales.
Pero a medida que la marea de dinero barato del extranjero se reduce, los analistas advierten que Asia podría estar en el inicio de una serie de crisis de divisas y crédito, no muy distinta a la experiencia de los años 90.
Gran parte del foco ha estado en India e Indonesia, los dos países asiáticos con los mayores déficits de cuenta corriente, por lo que dependen más del capital extranjero para sobrevivir.
Pero los riesgos de contagio en la región están comenzando aumentar, señalan los expertos, lo que se empeora con la desaceleración en China, el mayor motor de crecimiento de Asia.











