Ahora los chinos temen una explosión de la natalidad

El Partido Comunista de China anunció el viernes que las parejas en las que uno de sus miembro es hijo único podrán tener un segundo descendiente. Se trata de un cambio en la política que podría, como resultado, derivar en un millón de nacimientos adicionales por año, aunque igualmente quede limitada la capacidad de elegir para la mayoría de los matrimonios.
Esta modificación se produce después de varios años de debate entre los reformistas y aquellos que aseguran que la población del gigante asiático todavía es demasiado elevada.
El temor a una explosión de la natalidad ganó la pulseada pese a que un censo general realizado en China en 2010 sorprendió a los expertos con evidencias de que la tasa de fertilidad, o la cantidad de hijos que podría engendrar y parir una mujer durante su vida fértil, había caído a cerca de 1,08 hijo, casi la más baja del mundo.
La política de hijo único ha distorsionado la estructura demográfica de China, convirtiéndola en un patrón más típico de un país desarrollado. Eso generó la preocupación de que el país podría envejecer antes de volverse rico.
El año pasado, por primera vez se contrajo la cantidad de chinos en edad de trabajar. Está proyectado que para 2030, el número de personas con más de 60 años se habrá duplicado a 400 millones.
Los expertos chinos estiman que la flexibilización de la política de un hijo permitirá que produzcan entre uno y dos millones de nacimientos por año durante los próximos años, lo que implica un incremento de entre 5% y 10%.

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