Despúes de años de presencia, algunas reaseguradoras comenzaron a reducir su exposición en varias regiones afectadas por desastres naturales, como Asia y Oceanía.

La movida se vio impulsada por cuestiones de diversificación de cartera y la falta de poder evaluar correctamente los riesgos en esas regiones. Uno de los efectos inmediatos fue que las operaciones de reaseguro en Australia, Indonesia, Taiwán y Vietnam registraron aumentos importantes en sus primas desde el 1° de enero, en el marco de las negociaciones por la renovación de los contratos de reaseguro, que no sufrieron pérdidas por catástrofes naturales en 2011, según la empresa de correduría Willis.

Por ejemplo, la tasa de aumento para los productos premium en los países mencionados se movió entre el 10% y 35%. En cambio, el incremento para las pólizas afectadas por las pérdidas originadas por catástrofes rondó en Australia entre el 40% y el 75%, mientras que, en Nueva Zelanda, fue de de entre un 80% y 150%.

Rentabilidad a medida

Para Peter Hearn, presidente del reasegurador global Willis Re, los más de u$s 100.000 millones en reclamos anuales por desastres, monitoreados el año pasado, convierten a 2011 en el segundo peor año de la historia para la industria. El ejecutivo resalta que la merma se basa en desastres que o bien no estaban modelados totalmente o para los cuales el modelado no fue suficiente. Tal falta de previsión hizo imposible que las reaseguradoras pudieran anticipar las pérdidas que llegarían a sufrir por el terremoto de Nueva Zelanda o las inundaciones de Australia y Tailandia, respectivamente, indicó.

Los resultados de 2011 son un recordatorio para la industria de seguros de las limitaciones en cuanto a nuestro conocimiento de las catástrofes naturales, dice Hearn. Esto ha llevado a algunos reaseguradores a cuestionar los beneficios de la diversificación, lo que está generando restricciones de capacidad en los territorios de catástrofes de segundo y tercer nivel de exposición (N.d.R.: aquellos fuera de los EE.UU. y Japón). De acuerdo a Hearns, por ello, un número de reaseguradores se retira hoy de la región de Australasia.

Desde el huracán Katrina, en 2005 - que diezmó a Nueva Orleáns y se convirtió en la catástrofe más costosa de la historia-, las reaseguradoras han estado tratando de diversificar sus riesgos con el fin de generar beneficios de capital, que, a su vez, les permitirían participar mejor del negocio más rentable que son las coberturas contra catástrofes de negocios en los EE.UU.

Al respecto, Thomas Dorner, analista de Citigroup, indica: Algunos modelos de catástrofe generaron la impresión de que los negocios internacionales pueden ser una fuente de ganancias sin riesgo para los aseguradores estadounidenses. Pero, tras la gravedad en materia de pérdidas generadas por catástrofes en el mundo, en 2011, esta estrategia se vio claramente cuestionada", agrega.

Por su parte, Chris Schaper, presidente de Montpelier Re, en las Bermudas, agrega que la incertidumbre que esto crea y la introducción de algunos nuevos modelos para el cálculo de pérdidas en los EE.UU. se combinaron para retrasar las negociaciones de renovación anual. En algunos casos, tanto que muchos contratos aún no se firmaron, como para los reaseguros de las reaseguradoras.

Mercados en problemas

El mercado está atascado, advierte Schaper. Con menos capital disponible, los precios aumentaron y se produjeron cambios en cuanto a la cobertura. Para acuerdos globales, los precios han subido de manera sustancial o las personas han estado recortando y eliminando algunos negocios regionales, si son menos importantes para el comprador, amplía.

Mientras que las pérdidas no han sido lo suficientemente grandes como para tener un impacto importante en la base de capital de la industria, las ganancias sí sintieron el impacto. Al mismo tiempo, las inversiones de las empresas están generando cada vez menos retorno, ya que las compañías son muy conservadoras con sus fondos, una tendencia que probablemente mantenga viva la presión sobre la rentabilidad de la industria.