

Las crestas de gallo son un plato tradicional en algunas regiones de España, especialmente conocido por su singularidad y sabor intenso. Aunque no es una receta común en todos los hogares, su preparación ofrece una experiencia culinaria única.
La historia del plato de crestas de gallo se remonta a las tradiciones culinarias de España, donde se ha valorado por su singular textura y sabor intenso. Este plato, a menudo considerado como una delicadeza, refleja la riqueza y la diversidad de la cocina española, que no teme explorar diferentes partes del animal en busca de nuevos sabores.
A lo largo de los siglos, las crestas de gallo han sido apreciadas en diversas regiones españolas, sirviendo como un testamento de la habilidad para transformar ingredientes humildes en platos sofisticados y deliciosos.
A continuación, te presento una receta básica para preparar crestas de gallo:
Ingredientes:
- 500 g de crestas de gallo (previamente limpias y desinfectadas)
- 1 cebolla grande, finamente picada
- 2 dientes de ajo, picados
- 1 pimiento rojo, cortado en cubos pequeños
- 1 tomate maduro grande, pelado y triturado
- 100 ml de vino blanco
- Caldo de pollo o agua (cantidad necesaria)
- Aceite de oliva virgen extra
- Sal y pimienta al gusto
- Una pizca de pimentón dulce
- Perejil fresco picado (para decorar)

Preparación:
Limpieza inicial: asegúrate de que las crestas de gallo estén bien limpias. Es importante quitarles cualquier resto de piel y limpiarlas bajo agua fría. Algunas personas prefieren escaldarlas primero en agua hirviendo durante unos minutos y luego enfriarlas en agua con hielo para facilitar la limpieza.
Cocinar las crestas: en una cacerola con agua hirviendo y un poco de sal, cocina las crestas de gallo durante aproximadamente 1 hora o hasta que estén tiernas. Después, escúrrelas y reserva.
Preparar el sofrito: en una sartén grande, calienta un poco de aceite de oliva y sofríe la cebolla, el ajo, y el pimiento rojo hasta que la cebolla esté transparente. Añade el tomate triturado y cocina a fuego medio hasta que el sofrito reduzca y se concentren los sabores.
Añadir las crestas: incorpora las crestas de gallo al sofrito. Remueve bien para que se integren con el sofrito. Añade el pimentón dulce y remueve nuevamente.
Agregar el vino y el caldo: vierte el vino blanco y deja que se evapore el alcohol durante un par de minutos. Luego, añade caldo de pollo o agua hasta cubrir las crestas. Salpimienta al gusto.
Cocción lenta: deja cocinar a fuego lento durante unos 20-30 minutos más, o hasta que la salsa se reduzca y espese ligeramente, y las crestas estén bien tiernas.
Servir: rectifica de sal y pimienta si es necesario. Sirve las crestas de gallo calientes, espolvoreadas con perejil fresco picado.
Este plato se puede acompañar con patatas cocidas, arroz blanco o incluso unas verduras al vapor, dependiendo de tus preferencias. Las crestas de gallo ofrecen una textura y un sabor únicos que, sin duda, harán de esta receta una experiencia culinaria memorable.
















