

Durante años, Ternua Group fue una de las empresas más reconocidas de la moda outdoor en España. Sus marcas -Ternua, Loreak Mendian, Astore y Lorpen- estuvieron presentes en tiendas de montaña, comercios deportivos y mercados internacionales. Sin embargo, la combinación de menos demanda, mayores costes y dificultades de financiación llevó a la compañía a solicitar concurso voluntario de acreedores en junio de 2025.
Según informó Cinco Días, el grupo acumulaba un pasivo de 16 millones de euros. La empresa arrastraba un deterioro financiero prolongado y no logró sostener su actividad en un mercado con márgenes cada vez más ajustados. La caída en las ventas y los costes energéticos también presionaron su estructura operativa.
Una marca de montaña que no logró sostener la actividad
Información publicada por Diffusion Sport señala que la empresa llevaba meses intentando reorganizar su cartera y ajustar sus líneas de negocio para mejorar el flujo de caja. Sin embargo, la corrección del consumo tras el auge pospandemia y el encarecimiento de los materiales técnicos complicaron su recuperación.

Además, el grupo necesitaba una generación de caja elevada para mantener todas sus unidades activas. Esta presión financiera limitó su capacidad para invertir en colecciones nuevas y ajustar su estructura a un entorno más competitivo.
¿Por qué Ternua Group terminó en concurso de acreedores?
De acuerdo con los datos, el grupo recibió una oferta vinculante por una de sus marcas, lo que evidencia que algunas divisiones mantenían valor comercial. Aun así, la caída del consumo y la dificultad para refinanciar la deuda aceleraron la decisión de acudir al concurso.
Sucede que la empresa enfrentaba un entorno muy exigente: menor rotación de productos, precios más competitivos por parte de grandes multinacionales y un incremento de los costes logísticos.

Un mercado exigente que deja poco margen para resistir
Con el concurso ya en marcha, la continuidad de la empresa dependerá de la capacidad de atraer inversores o vender unidades clave. El administrador concursal analizará si existe una vía de viabilidad para mantener parte de la actividad o si debe avanzarse hacia una liquidación ordenada de activos.
El caso refleja cómo el mercado del outdoor, muy dependiente del consumo estacional y de los costes de producción, se ha vuelto especialmente complejo para las marcas medianas.














