

Las transferencias de dinero entre familiares son muy habituales en España. Ya sea para ayudar a un hijo con sus estudios, apoyar a un familiar en dificultades o simplemente compartir una herencia en vida, la mayoría de estas transacciones son realizadas con buena fe.
Sin embargo, estas operaciones pueden tener consecuencias fiscales si superan ciertos límites. La Agencia Tributaria ha comenzado a vigilar con mayor rigor las transferencias entre familiares, imponiendo sanciones a quienes no declaren adecuadamente estas operaciones económicas.
Transferencias bajo la lupa: ¿cuándo hay que declarar?
La Agencia Tributaria ha establecido límites claros para las transferencias entre particulares. Cualquier movimiento igual o superior a 3000 euros debe ser notificado por las entidades bancarias al Servicio Ejecutivo de la Comisión de Prevención del Blanqueo de Capitales (SEPBLAC).

Este control se intensifica cuando las transferencias superan los 6000 euros, ya que pueden ser consideradas como donaciones encubiertas y, por tanto, sujetas al Impuesto sobre Sucesiones y Donaciones (ISD).
Además, si la cantidad transferida supera los 100.000 euros, es obligatorio presentar el modelo S1 ante Hacienda para declarar el movimiento de capitales. Omitir este trámite puede acarrear sanciones significativas.
Sanciones por no declarar adecuadamente
No declarar correctamente una transferencia puede resultar en multas que oscilan entre el 50% y el 150% del importe no justificado, dependiendo de la gravedad de la infracción. En casos, las sanciones pueden alcanzar hasta 150.000 euros. Además, se añadirán intereses por demora.
Es importante destacar que tanto el donante como el receptor pueden ser responsables de las obligaciones fiscales. El donante debe declarar la operación en su IRPF si la cesión ha generado una ganancia patrimonial, mientras que el receptor debe liquidar el ISD correspondiente.

Cómo evitar problemas con Hacienda
Para evitar sanciones, es recomendable:
Documentar adecuadamente el origen y destino de los fondos.
Conservar justificantes de las transferencias.
Consultar con asesores fiscales antes de realizar operaciones importantes.
Formalizar las donaciones ante notario, especialmente en el caso de bienes inmuebles.
Además, es fundamental estar informado sobre las actualizaciones normativas en materia de transferencias bancarias y cumplir con las obligaciones tributarias correspondientes.














