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De acuerdo a un estudio de la firma británica Cambridge Econometrics, los hogares españoles más pobres gastarán este año alrededor de un 70% más, es decir unos 550 euros más en su boleta energética a comparación del 2020.
Unos de los principales factores son los combustibles. Según Europa Press, estos - uso en el transporte y gas- representaron aproximadamente el 23% del total de inflación interanual registrada en mayo de este año, el 25% de la que se registró en junio y el 19% de la de julio.
Por su parte, el autor del informe, Carl Heinemann ha señalado que la crisis energética "ha generado que los mercados energéticos europeos continúen en conexión a la volatilidad de los precios de los combustibles fósiles, a pesar del creciente porcentaje de energías renovables en el mix energético".
En cuanto a la proporción del gasto de energía respecto al total de gasto de los hogares, el informe ha indicado que "ha aumentado considerablemente en los últimos dos años". Un hogar perteneciente al 20% de la población de los ingresos más bajos (quintil más bajo) tendrá en 2022 el 8,8% de su gasto total a la energía, mientras que en 2020 ese porcentaje fue del 5,6%.

Precio alto del gas
En el marco actual, con los precios mundiales de los combustibles fósiles y su impacto en las economías, Cambridge Econométricas señala que se registra un aumento del uso de las energías renovables y que parece componer la alternativa política correcta.
En ese sentido, el informe ha indicado que "impulsar la cuota de renovables aumenta la independencia energética, reduce la exposición de los consumidores nacionales a los precios del mercado mundial y tiene el potencial de hacer bajar los precios de la electricidad a largo plazo".

En referencia a las medidas para respaldar a los usuarios, el estudio manifiesta que el "tope al gas" ha tenido un impacto positivo en relación con los precios de las facturas. Sin embargo, la medida subraya que la medida tiene un alto coste y que, a largo plazo, estas intervenciones de emergencia podrían evitarse invirtiendo en el almacenamiento en baterías y en energía hidroeléctrica de bombeo para reemplazar al gas en los picos de demanda de electricidad.












