

Los operadores de bolsa saben que son testigos privilegiados de un momento histórico del Ibex 35. Los hitos que está logrando el selectivo español abruman por su contundencia. Ayer cerró la sesión superando los 17.000 puntos básicos por primera vez en su historia. En lo que va de año, registra, a primera hora de la tarde, una ganancia del 46,57%.
Esta suma de datos es la prueba de un récord que a comienzos de año nadie, ni los más optimistas, se atrevieron a pronosticar. Y menos aún que 2025 quedará marcado en el libro de honor del parqué madrileño como el segundo mejor ejercicio desde su creación, en enero de 1992. Porque sólo fue superado en 1993, cuando incrementó su valor un 54%.

Pero hay más. En su vertiginosa carrera alcista arrolló al mismísimo EuroStoxx 50. El índice europeo muestra una subida anual de 17 puntos porcentuales, lo que indica una brecha de 29 puntos a favor del Ibex 35. Lo nunca imaginado, y menos por la magnitud del sorpasso. Más cuando se recuerda que el año en el que el Ibex sacó más ventaja al EuroStoxx (1996), esa distancia fue de 20 puntos.
Esta borrachera de éxito, a la que seguramente le seguirá una resaca, como suele suceder en estos casos, es consecuencia del excelente comportamiento de la mayoría de las compañías que forman parte del índice, entre las que destaca Indra con una revalorización en lo que va del ejercicio del 172%, incluyendo la bajada de hoy que alcanza un 4,87%.
Con todo, el verdadero motor de la Bolsa, a falta de un conglomerado de grandes tecnológicas, es la banca. Los datos están ahí. Veamos. Banco Santander encabeza el sector financiero con una revalorización a día de hoy de casi 122%. A la entidad cántabra le sigue Unicaja con un crecimiento de 114,76%.
La lista continúa con uno de los grandes protagonistas del año, BBVA, con 106,46 puntos porcentuales. El todopoderoso catalán CaixaBank se anota un 94,33%, mientras que el otro gran protagonista, Banco Sabadell, lo hace un 79,33%. Bankinter, por su parte, “solo” incrementa el valor de sus títulos un 83,77%.
Pero, al igual que sucede en todos los órdenes de la vida, las buenas rachas también tienen sus altibajos. Y la pregunta que ya se escucha en el recinto madrileño es hasta cuándo continuará este ascenso. Y afinando aún más el interrogante, nos lleva a inquirir qué sucederá con el Ibex 35 si la banca entra en un ciclo de planicie.
2026, ¿fin de la fiesta?
La opinión predominante es que depende –aunque no sólo - de la banca que el próximo año el Ibex 35 siga en la senda de este 2026. Quienes se apuntan a esta diagnostico, lo hacen teniendo en cuenta que el peso del sector financiero en el selectivo alcanza el 45%. Y hay quienes vaticinan que las malas noticias podrían llegar.

En su informe de previsiones para 2026, Bank of America vaticina que la Bolsa española podría caer un 9% respecto a la media de los parqués europeos. “Esperamos que los bancos pasen de impulsar el índice a ser detractores, ante un posible aumento de las primas de riesgo y una caída de la rentabilidad de los bonos”, enciende la alarma.
Por otra parte, están los que prefieren ver la botella llena. Es el caso de BlackRock, que incluye a España entre las tres apuestas principales para el próximo ejercicio, basándose en su “interesante foto macro”.
Javier García Díaz, responsable de ventas para Iberia, explicó la posición del fondo diciendo que España muestra un crecimiento superior al de sus pares europeos, una inflación controlada cercana al 2% un sólido superávit comercial y una tasa de desempleo por debajo del 11%.
García Díaz, sostuvo, además, que a este favorable contexto económico se suma que la composición sectorial de la bolsa española, donde conviven bancos, utilities y compañías de infraestructuras, “se alinea perfectamente con los intereses de la gestora”.
En un punto intermedio están aquellos otros que prefieren ver la botella media llena, aunque no descartan que a nivel sectorial la banca previsiblemente reducirá el protagonismo de la revalorización para centrarse en la generación de renta. Los miembros de este grupo destacan la presencia de sectores como utilities, construcción, Inditex y turismo que, según ellos, asumirán el liderazgo en el crecimiento del Ibex 35, con avances moderados pero sostenidos.
Con todo, podría afirmarse que en 2026 la cautela predominará a la hora de tomar decisiones en vistas a las inversiones en Bolsa. Renta 4 vaticina un avance cercano al 5%, que llevaría al Ibex 35 hasta los 17.300 puntos en los próximos doce meses. Antonio Castelo, analista de mercados en iBroker, ve 2026 como un año más proclive a la consolidación alcista que a la repetición de un rally histórico.
Castelo añade que “lo razonable es esperar un índice más volátil, con fases de corrección tras el fuerte impulso reciente, y un balance final positivo, pero limitado a subidas de un solo dígito medio o alto en un escenario favorable, siempre condicionado al crecimiento de los beneficios y a la ausencia de shocks globales, ya sean geopolíticos o derivados de los bancos centrales”.
En cuanto al comportamiento de la banca que se espera para 2026, el experto cree que el sector seguirá siendo protagonista, pero ya no en modo rally explosivo, sino más bien en modo cupón. “Con una economía doméstica todavía dinámica, esto permitirá que continúen retribuyendo generosamente al accionista mediante dividendos y recompras, con una rentabilidad por dividendo que podría situarse en torno al 7,5%–8% en 2026”.
“Es cierto”, sigue, “que los múltiplos ya cotizan por encima de las medias históricas, de modo que no podemos decir que la banca esté barata, pero tampoco veo motivos para salir corriendo”.
Para Rafael Ojeda el sector financiero aún tiene recorrido. “Aunque los tipos se mantendrán bajos, los bancos hicieron los deberes, redujeron costes y están en condiciones de mantener sus resultados sin un deterioro significativo”.
Por último, Manuel Pinto observa que el PER del sector bancario cotiza un 43% por encima de la media de los últimos quince años, un punto de partida poco propicio para una nueva escalada intensa. “Así, la banca seguirá teniendo un peso determinante en el Ibex, pero su papel será distinto: menos explosivo y más previsible, apoyado en una contribución constante y en la generación de rentabilidad recurrente”, concluye.












