

El sector minorista británico (y el global) atraviesa una nueva ola de reestructuración. Morrisons, la quinta mayor cadena de supermercados del Reino Unido, confirmó el cierre definitivo de 16 tiendas de conveniencia "Morrisons Daily", lo que marca un fuerte ajuste en su red de locales.
El movimiento no se limita a las tiendas de proximidad: la compañía también anunció el cierre de cafeterías, florerías y mostradores especializados en carne y pescado, con un impacto directo sobre su plantilla y en la oferta de servicios que caracterizaba a la cadena.
A qué responde la decisión de Morrisons
La empresa justificó la medida en el incremento de los costos laborales e impositivos, además de la necesidad de concentrarse en las áreas de mayor rentabilidad.
El plan busca mejorar la eficiencia operativa en un mercado cada vez más competitivo y presionado por cadenas de bajo costo como Aldi y Lidl.

En total, la reestructuración podría afectar a 365 empleados, aunque la compañía adelantó que parte del personal será recolocado en otras funciones dentro de la empresa.
Un ajuste que va más allá de las tiendas
El cierre de locales se complementa con una reducción en otras unidades de negocio: 52 cafeterías, 18 cocinas Market Kitchen, 13 florerías y 70 mostradores de productos frescos también dejarán de operar. Estos servicios eran un sello distintivo en algunas sucursales y su desaparición marca un cambio de estrategia hacia un modelo más simplificado.
A pesar de los recortes, Morrisons aseguró que mantiene su compromiso con el mercado británico. De hecho, la cadena volvió a números positivos en el último ejercicio fiscal, con un beneficio antes de impuestos de 2100 millones de libras, tras dos años consecutivos de pérdidas.
El impacto en el mercado minorista británico
El caso Morrisons refleja la tensión actual del retail en Reino Unido: altos costos, presión de la competencia low cost y cambios en los hábitos de consumo, con mayor peso para las compras online. Para los consumidores, el ajuste implica menos opciones de cercanía y menos servicios adicionales en las tiendas físicas.

El desafío para la compañía será mantener su relevancia en un mercado que se está transformando rápido y donde las cadenas buscan sobrevivir a base de recortes, eficiencia y adaptación a un consumidor más exigente.













