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Las empresas europeas en China denunciaron “millones de euros en pérdidas” a causa de las nuevas restricciones a la exportación impuestas por Pekín.

Así lo afirmó Carlo D’Andrea, presidente de la Cámara de Comercio de la Unión Europea en Shanghái, durante la presentación del informe bianual sobre el clima de negocios en el país asiático.

“Los controles a la exportación son algo que está afectando gravemente a la producción industrial de nuestros miembros”, aseguró D’Andrea, quien pidió a las autoridades chinas que “no utilicen el comercio como arma arrojadiza”.

Las medidas afectan especialmente a sectores estratégicos vinculados con las tierras raras y otros materiales críticos para la industria tecnológica, cuyos permisos de salida del país permanecen sujetos a largas demoras y revisiones.

“No tenemos la sensación de que las cosas estén mejorando”

El presidente de la Cámara reconoció que, pese a los acuerdos recientes entre China y Estados Unidos tras la reunión entre Xi Jinping y Donald Trump, no perciben una mejora real en las condiciones comerciales.

“No tenemos la sensación de que las cosas estén mejorando”, declaró D’Andrea, quien lamentó que los compromisos alcanzados incluyeran solo la suspensión temporal de algunas restricciones, mientras otras permanecen activas.

La Cámara advirtió que el entorno empresarial se ha vuelto más incierto. “Nuestros miembros todavía nos piden que presionemos a las autoridades chinas”, explicó D’Andrea, destacando además que el conflicto con la neerlandesa Nexperiano está ayudando” a mejorar la relación entre China y la Unión Europea.

Según el informe, las empresas extranjeras se encuentran en un “limbo regulatorio” que genera “competencia injusta” con las firmas locales, ya que las compañías chinas no dependen de las exportaciones y, por tanto, no sufren los mismos efectos de las medidas.

La Cámara Europea exige transparencia y “trato justo”

La Cámara de Comercio de la UE en China insistió en la necesidad de contar con procesos más claros y uniformes. “No queremos un trato especial, solo queremos que se nos trate de manera justa. Queremos saber qué documentos se necesitan, qué autoridad debe validarlos y cuándo vamos a recibir las licencias”, reclamó D’Andrea.

El dirigente advirtió que la creciente politización del comercio y el “deterioro del entorno de negocios” amenazan la confianza de las empresas europeas que operan en China.

Asimismo, señaló que las compañías extranjeras deben “estar mucho más atentas de lo que las rodea”, especialmente al elegir proveedores locales y gestionar sus cadenas de suministro en un contexto cada vez más incierto.

Un entorno comercial en transformación global

El endurecimiento de los controles a la exportación chinos se produce en un momento de redefinición de la geopolítica económica global.

Aunque Pekín busca proteger sus recursos estratégicos, las medidas podrían afectar la recuperación industrial europea y los proyectos tecnológicos compartidos con empresas chinas.

Mientras tanto, Bruselas analiza posibles respuestas regulatorias y mecanismos de compensación para las compañías afectadas. Desde Shanghái, la Cámara Europea advirtió que “la estabilidad y la previsibilidad son esenciales para mantener la inversión extranjera en China”.

La decisión final sobre el cambio horario dependerá del consenso entre los Estados miembros de la Unión Europea. (Fuente: Shutterstock)
La decisión final sobre el cambio horario dependerá del consenso entre los Estados miembros de la Unión Europea. (Fuente: Shutterstock)