Un nuevo descubrimiento arqueológico pone en pausa la ampliación de la nueva linea del subterráneo en la Capital
Durante las excavaciones para la expansión de la red subterránea, trabajadores encontraron restos arqueológicos que podrían tener un alto valor histórico.
Las excavaciones para la ampliación de la Línea 11 del Metro de Madrid han revelado un hallazgo arqueológico de gran valor histórico. En la zona donde se ubicará la futura estación de Madrid Río, los arqueólogos han encontrado restos del Real Canal del Manzanares, una infraestructura del siglo XVIII que conectaba la capital con el río Tajo para facilitar el transporte de mercancías.
Este descubrimiento ha generado gran interés, ya que permitirá conocer más sobre la evolución del sistema de transporte de Madrid antes de la llegada del ferrocarril.
El Real Canal del Manzanares fue una obra impulsada por la monarquía ilustrada con el objetivo de mejorar la conexión fluvial de la ciudad. Su construcción comenzó en 1770 y se extendía a lo largo de 22 kilómetros con un sistema de esclusas, embarcaderos y tracción animal para las barcazas.
Sin embargo, con la expansión del ferrocarril en el siglo XIX, el canal quedó en desuso y terminó desapareciendo bajo el crecimiento urbano. La arqueóloga Esther Andreu, responsable de la excavación, explicó que se están utilizando escáneres láser para documentar la estructura antes de la llegada de la tuneladora que continuará con las obras.
El Gobierno de la Comunidad de Madrid ha confirmado que los restos del canal serán musealizados dentro de la estación de Madrid Río, siguiendo el ejemplo de otros hallazgos arqueológicos en la red de Metro. Este proyecto permitirá a los madrileños y visitantes conocer la historia del canal y su importancia en el desarrollo de la ciudad.
¿Qué es el Real Canal del Manzanares?
El Real Canal del Manzanares fue una infraestructura hidráulica del siglo XVIII diseñada para mejorar el transporte de mercancías entre Madrid y el mar a través del río Tajo. Contaba con una extensión de 22 kilómetros, 14 metros de ancho y tres metros de calado, con esclusas, embarcaderos y edificaciones para el mantenimiento de la vía.
Aunque fue una solución innovadora en su tiempo, su funcionamiento se vio limitado por la falta de inversiones y el avance del ferrocarril, lo que llevó a su abandono progresivo en el siglo XIX.
¿Cómo afectará este hallazgo a las obras de la Línea 11?
Las obras de ampliación de la Línea 11 del Metro de Madrid continúan según lo previsto, con una inversión de 514 millones de euros. Este proyecto transformará la línea en un eje estratégico que conectará el suroeste con el noreste de la ciudad, enlazando con la Terminal 4 del Aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas.
Uno de los principales objetivos de la ampliación de la Línea 11 es descongestionar la Línea 6, actualmente la más saturada de la red de Metro de Madrid. Con la incorporación de 20 nuevas estaciones, se espera mejorar la interconexión entre los principales nodos de transporte y ofrecer una alternativa eficiente para los nuevos desarrollos urbanos del sureste de la capital.
Este hallazgo arqueológico no solo pone en valor el pasado de la ciudad, sino que también refuerza la importancia de la conservación del patrimonio histórico en grandes proyectos de infraestructura. La integración de los restos del Real Canal del Manzanares en la nueva estación de Metro será una oportunidad única para que madrileños y turistas descubran una parte olvidada de la historia de Madrid.