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En el corazón de Andalucía, Carmona está viviendo una transformación silenciosa pero profunda. Esta localidad de 30.000 habitantes, ubicada en la provincia de Sevilla, ha pasado de ser un bastión agrícola a convertirse en una referencia nacional de la energía solar.

Sus extensos campos, antes sembrados de trigo, pipas y garbanzos, ahora alojan macroplantas fotovoltaicas que prometen ingresos mucho más altos y estables para sus propietarios.

El caso de José Portillo, un agricultor local, lo ilustra con claridad. "Antes me llevaba 100 euros por hectárea durante la cosecha, ahora me pagan 1900 euros", relató en una entrevista con el programa Equipo de Investigación de La Sexta.

Esta diferencia de ingresos ha llevado a muchos a replantearse el modelo tradicional de explotación de la tierra, optando por alquilar sus fincas a empresas de energías renovables.

El fenómeno no es aislado. Según confirmó el alcalde de Carmona al mismo medio, en 2023 ya había 28 proyectos solares en marcha, impulsados por el interés de compañías que encuentran en esta región el terreno perfecto para expandirse.

Placas solares en Carmona: la nueva fiebre del oro

La energía solar se ha convertido en el nuevo motor económico del campo sevillano. En Carmona, se estima que el 30% de las 92.000 hectáreas de cultivo ya se dedican a instalaciones solares, que no requieren agua, ni recolección, ni están sujetas a los vaivenes del clima. "Claro, sobre un 20 o un 30% lo ha bajado", admitió un agricultor al referirse a la reducción de tierras cultivadas de forma tradicional.

Empresas como Endesa, a través de su filial Enel Green Power España, ya operan en la zona con plantas como ‘Dulcinea', capaz de generar 197,36 GWh al año, energía suficiente para abastecer a más de 50.000 familias. Estas instalaciones utilizan paneles bifaciales, que captan la luz solar por ambas caras, lo que aumenta la eficiencia y productividad.

El giro hacia lo solar se explica también por el difícil contexto que atraviesa el sector agrario: costes de producción en aumento, incertidumbre climática y márgenes de beneficio cada vez más estrechos. Frente a esto, la energía solar aparece como una alternativa segura y rentable.

Agricultura vs energía solar: un debate abierto

Aunque muchos celebran esta transición, no faltan voces que expresan preocupación por el futuro del paisaje rural andaluz. El temor a perder la identidad agrícola de la zona está presente, especialmente entre quienes valoran la tradición y la producción local de alimentos. Pero los datos son contundentes: cada vez más propietarios optan por esta fórmula, que multiplica por casi 20 los ingresos por hectárea.

Lo que comenzó como una salida puntual a la crisis del campo se ha convertido en una tendencia generalizada. Según datos de 2023, más de 200.000 familias en España ya contaban con placas solares en sus hogares, y el crecimiento en el ámbito rural va en aumento.

El campo andaluz, golpeado por años de sequías, granizo y fluctuaciones del mercado, ha encontrado en el sol una fuente de ingresos estable, limpia y cada vez más demandada. En Carmona, ya no se cosecha solo cereal: se cosecha luz. Y quienes apostaron primero, como José Portillo, hoy lo cuentan con una sonrisa.

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