

Como conductor, es probable que en alguna ocasión hayas recibido una multa de la Guardia Civil o la Policía Local, y posiblemente la hayas pagado de inmediato para evitar mayores complicaciones.
De acuerdo con la organización Automovilistas Europeos Asociados (AEA), en 2022, la Dirección General de Tráfico (DGT) emitió 3.704.675 multas por exceso de velocidad, representando el 67% del total de sanciones por infracciones de tráfico.
Estas multas no solo afectan el bolsillo, sino que también conllevan la pérdida de puntos y, en casos graves, la suspensión del permiso de conducir.

Si decides impugnar la multa, es crucial fundamentar adecuadamente tus argumentos para que la Administración considere retirar la sanción.
Multas recurribles por errores formales
Puedes impugnar una multa si presenta errores formales, como datos incorrectos del vehículo o del conductor. Para argumentar un defecto de forma en tu multa, los errores deben ser flagrantes, no siendo suficientes pequeñas discrepancias como una fecha errónea, un nombre mal escrito o una letra de matrícula incorrecta. Las diferencias deben ser evidentes para que la Administración acepte tu recurso y te exima del pago.
En relación con los radares, cualquier error en las imágenes captadas puede ser motivo de recurso exitoso.

Y en este sentido, se ha señalado que algunos radares en carreteras españolas no cumplen con las normativas europeas. Esto implica que las multas emitidas por estos dispositivos pueden ser recurridas con éxito.














