Los 4 hábitos alimenticios que ponen en práctica las japonesas para tener una piel sana e impecable: son recomendados por expertos
Esta metodología consiste en sumar ciertos productos a la dieta y transformar el modo de cuidar el organismo a partir de la alimentación.
El cuidado de la piel va mucho más allá de las cremas y tratamientos tópicos: también se relaciona con la comida. Por eso, las japonesas han convertido ciertos hábitos saludables en una rutina diaria que, según expertos, contribuyen significativamente a mantener una piel sana e impecable.
Basados en una alimentación equilibrada y rica en nutrientes esenciales, estos hábitos no solo combaten los signos visibles del envejecimiento, sino que también mejoran la salud dérmica en general.
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¿Cuáles son los hábitos alimenticios que practican las japonesas para tener una piel sana?
Las japonesas han perfeccionado una metodología que incluye productos específicos con beneficios antioxidantes. Incorporarlos en el régimen diario es una manera efectiva de mejorar la calidad de la piel, según confirman diversos estudios y especialistas en nutrición. Estos son:
Té matcha
El té matcha no solo es una rica bebida tradicional, sino también un auténtico concentrado de antioxidantes. Según la nutricionista Paula Valiente, este producto está cargado de epigalocatequina galato (EGCG), un compuesto que combate el estrés oxidativo y promueve la salud celular.
Además, aporta polifenoles, conocidos por sus propiedades antiinflamatorias, que reducen el envejecimiento prematuro y embellecen la piel.
Omega-3
Incluir pescados como el salmón, una fuente rica en omega-3 y vitaminas esenciales para la piel, es una buena alternativa. Estos ácidos grasos son antiinflamatorios, y ayudan a mantener la piel hidratada, tersa y elástica.
La farmacéutica Paula Martín Clares, autora del libro "La salud de tu piel está en lo que comes", destaca que los omega-3 estabilizan la barrera protectora natural de la piel y rellenan las reservas de lípidos, un aspecto crucial para combatir la sequedad y la flacidez.
Soja fermentada
El consumo de derivados de soja, como el tofu y el natto, es uno de los pilares de cultura culinaria japonesa. Estos alimentos son ricos en isoflavonas que, según estudios, pueden mejorar la producción de colágeno y reducir las arrugas.
La doctora Elena Soria, médica nutricionista de la Clínica Menorca, explica que la soja favorece la creación de glóbulos rojos y mejora tanto la firmeza como la elasticidad de la piel.
Tubérculos
Por último, las japonesas suelen incluir batatas o boniato en su dieta para aprovechar sus altos niveles de vitamina C, betacarotenos y vitamina E, los cuales ayudan a tener una dermis revitalizada.
Sumado a esto, las batatas son una excelente opción para incorporar carbohidratos saludables y nutrientes esenciales que protegen la piel contra los signos del envejecimiento.