El segundo embalse más grande de España subió 11 metros en tiempo récord: por qué salvó a Portugal
El embalse de Alcántara experimenta un crecimiento sin precedentes, revelando su papel clave en la prevención de inundaciones tanto en España como en Portugal.
El embalse de Alcántara, también conocido como la presa José María Oriol en Cáceres (Extremadura), el segundo más grande de España, ha protagonizado un hecho inédito en las últimas semanas. Las sucesivas borrascas que han barrido la Península Ibérica se han traducido en un aumento récord de su nivel, más de 11 metros en un breve periodo de tiempo.
Este crecimiento es un fenómeno hidrológico, pero también ha tenido un impacto crucial en la protección de zonas riberas, incluyendo parte de Portugal. La magnitud de este fenómeno ha puesto de relieve la importancia de este embalse en la gestión del agua y la seguridad hídrica en ambos lados de la frontera.
Embalse de Alcántara: un aumento en tiempo récord explicado por factores climáticos y geográficos
El incremento del embalse de Alcántara se debe a una combinación de factores climáticos y geográficos. Las borrascas atlánticas recientes trajeron consigo los húmedos vientos ábregos, que al chocar con el sistema montañoso del norte de Extremadura, provocaron lluvias intensas. Algunas localidades de la región registraron acumulaciones de hasta 400 litros por metro cuadrado, lo que ha generado una rápida escorrentía hacia el embalse.
Este fenómeno meteorológico tuvo un impacto directo en el embalse, que pasó de una cota de 196 metros el 19 de enero a superar los 207 metros el 1 de febrero. En términos de volumen, el embalse incrementó su capacidad de 1.465 hm3 a 2.223 hm3, lo que supone un aumento de cerca de 800 hm3 en poco menos de dos semanas. Este ascenso equivale a un incremento de casi un metro diario, una cifra que destaca por su rapidez y magnitud en comparación con registros históricos.
El diseño del embalse y su ubicación estratégica en el curso del río Tajo permiten que este tipo de fenómenos se gestionen de forma eficiente. La capacidad de almacenamiento y la infraestructura de control de caudales han sido claves para evitar desbordamientos aguas abajo.
Alcántara: un escudo frente a las inundaciones en la Península Ibérica
Más allá de su función de almacenamiento de agua, el embalse de Alcántara desempeña un rol fundamental en la gestión de inundaciones. Su capacidad para retener grandes volúmenes de agua durante episodios de lluvias extremas contribuye a laminar las crecidas, lo que resulta vital para proteger a las poblaciones situadas aguas abajo.
Entre los beneficiados por esta función se encuentran:
- Localidades riberas del río Tajo, que ven reducidos los riesgos de inundación.
- Infraestructuras agrícolas y urbanas en zonas vulnerables de Extremadura.
- Lisboa y otras regiones de Portugal, ya que la regulación del caudal mitiga el impacto de posibles crecidas en el tramo final del río.