El hábito que lleva solo 10 minutos del día y aumenta la longevidad de las personas después de los 50, según la ciencia
Especialistas en vida sana recomiendan incorporar al día a día este hábito simple para lograr una adultez equilibrada y de gran calidad.
Con el transcurrir de los años, la expectativa de vida es cada vez más alta debido a los diferentes avances que se han logrado, especialmente en la medicina. Sin embargo, existe un hábito cotidiano que lleva solo 10 minutos del día y que, según la ciencia, aumenta la longevidad después de los 50.
Aunque constantemente se lanzan al mercado productos especiales para mejorar y extender la calidad de vida, lo cierto es que no hay nada mejor que la incorporación de hábitos saludables como el que se detallará a continuación.
¿Cuál es el hábito que aumenta la longeviedad a partir de los 50 y lleva solo 10 minutos?
Un reciente estudio llevado a cabo por investigadores de la Universidad de Leicester sugiere que incorporar solo diez minutos de caminata rápida al día podría mejorar tanto la salud como la longevidad.
Publicado en la revista Journal of Sport and Health Science, el análisis también indica que, al igual que la alimentación sana, aumentar la actividad física en personas inactivas mayores de 60 años está relacionado con una mayor esperanza de vida.
El equipo de investigación utilizó datos de la base Biobank del Reino Unido, en los que se incluyeron 40.953 mujeres con una edad promedio de 61,9 años y 30.820 hombres con una media de 63,1 años.
Tom Yates, profesor de la Universidad de Leicester, explicó que agregar el equivalente a diez minutos de esta actividad al día se asocia con un aumento promedio de 0,9 años en mujeres y de 1,4 años en los hombres.
¿Qué otros beneficios brinda una caminata diaria?
El mismo estudio también arrojó otras conclusiones interesantes, que se traducen en otros beneficios propios del hábito de caminar a diario. Por ejemplo, sugiere que a mayor tiempo de caminata, más son los años de vida que se pueden sumar.
Por otra parte, se sostiene que la intensidad de esta u otras actividades físicas similares aumenta todavía más la calidad de los resultados; y ni que hablar si estas dos cosas se combinan, siendo este el equilibrio perfecto para consolidar una vejez sana.