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El colágeno es un nutriente esencial que se encarga de mantener unidos los tejidos como la piel y las articulaciones. Si bien suele estar asociado a cuestiones estéticas, se trata de una proteína central del organismo y cumple la función de proteger los huesos y dotar de elasticidad al órgano más extenso del cuerpo.

Según la Academia Española de Nutrición y Dietética, "el colágeno dota al cartílago articular de resistencia ante las presiones remitentes que se dan cuando movemos nuestras articulaciones. Y proporciona elasticidad y resistencia a los tendones en los estiramientos presentes en la actividad muscular y ósea al movernos".

Una buena forma de incorporar esta proteína es a través de un caldo de huesos. Existen muchas recetas que parten de este tipo de sopas, que, según los expertos, "preservan la elasticidad de la piel y le proporcionan firmeza".

Una de las más conocidas y deliciosas es el ramen. Se trata de una comida tradicional japonesa que se ha vuelto muy popular en los últimos años por su exquisito sabor y sus propiedades medicinales.

Propiedades del ramen

El ramen es uno de los protagonistas de la cocina asiática. Por la calidad y nobleza de sus ingredientes es conocido por ser una potente herramienta para combatir enfermedades. Además, ayuda a fortalecer el cabello y las uñas y mejora el aspecto general de la piel.

Una porción diaria del caldo de ramen aporta calcio, magnesio, cobre, hierro, manganeso, fósforo, potasio, sodio, zinc y vitaminas C, B y E. Una buena manera de incorporarlo es al momento de la cena, como entrante o plato principal si se le añaden verduras y fideos de arroz.

Cómo preparar caldo de ramen casero

Ingredientes

  • 1 kilo de huesos de cerdo
  • 1 kilo de huesos de pollo
  • 1 cebolla
  • Medio puerro
  • Jengibre fresco en rodajas
  • 1 cabeza ajo
  • Media cucharadita de sal

Elaboración

  1. Colocar los huesos limpios en una bandeja.
  2. Llevar a horno a 180ºC durante 15 minutos.
  3. En una cacerola grande, pone 4 litros de agua con los huesos tostados y cocinar durante 1 hora a fuego bajo.
  4. En el medio de la cocción, retirar la espuma y exceso de grasa con un colador.
  5. A continuación, agregar el jengibre, la cebolla, el puerro y la sal. Hervir media hora más.
  6. Luego, retirar los huesos y colar el caldo.
  7. Dejar enfriar y consumir.