

Los rituales de exorcismo son más reales de lo que muchos suponen. A pesar de que a menudo se les vincula con películas de terror y relatos de ficción, como el famoso El exorcista, en realidad, muchas de estas historias se basan en incidentes reales de posesiones demoníacas.
Esto plantea preguntas inquietantes: ¿Existen más casos de este tipo? ¿Está el mal presente en nuestro entorno? ¿Cómo distinguimos si estamos poseídos o necesitamos la intervención de un exorcista profesional?
Para explorar estas interrogantes, dialogamos con el obispo Manuel Adolfo Acuña, un exorcista argentino con más de dos décadas años de experiencia y autor del libro El combate del mal. Él relató que se convirtió en exorcista por obediencia y no por elección, ya que nadie se une a la vida religiosa con el propósito de enfrentar una lucha diaria contra el mal.
Su camino comenzó con su primer exorcismo, realizado cuando era un sacerdote preparando una misa dominical, de acuerdo a una entrevista que dio en Onda Cero en 2021.

El inicio de su camino como exorcista
Durante su relato, Acuña describió cómo, en la iglesia, los gritos de una niña lo llevaron a presenciar una escena alarmante: la joven estaba en el suelo, retorciéndose y gritando mientras varias personas intentaban contenerla. Él intervino con una oración exorcista, pese a no haber recibido aún formación específica en ese campo.
Posteriormente, al dirigirse a su automóvil, experimentó fenómenos inexplicables como luces y bocina activándose solas. Ese día, aseguró, marcó su primer encuentro directo con el mal. Desde entonces, ha atendido más de 1200 casos como exorcista (hasta 2021).
El obispo también mencionó que su trabajo a menudo es malinterpretado o criticado por desconocimiento. Aclaró que la existencia del demonio es independiente de la creencia en él y que su impacto es tangible y serio. Además, resaltó que el exorcismo no es exclusivo del cristianismo, sino una práctica común en varias religiones, y valoró solo las críticas fundamentadas en bases religiosas, filosóficas o científicas.
Diferenciando entre enfermedad mental y posesión demoníaca
Sobre cómo diferenciar un trastorno mental de una posesión demoníaca, Acuña explica que los exorcistas colaboran estrechamente con médicos, psicólogos y psiquiatras para evaluar cada caso.
Gracias a esta colaboración, se fundó la primera Escuela de Exorcismo y Liberación en la Argentina. Él menciona la existencia de un exorcismo preventivo, donde el conocimiento del historial clínico del individuo es crucial.
Signos de posesión demoníaca
En cuanto a los síntomas de una posesión, Acuña señaló que el primer indicio suele ser escuchar una voz que incita al daño propio o ajeno, con la particularidad de que parece provenir del exterior.
Además, las personas afectadas suelen desarrollar un rechazo a lo que antes amaban y aversión a lo divino. Los maestros espirituales coinciden en identificar cuatro síntomas comunes en casos de posesión: fuerza sobrehumana (sansonismo), aversión a lo sagrado (hierrofobia), hablar en lenguas desconocidas (xenoglosia), y clarividencia. Un quinto síntoma, menos común, es la levitación.

Experiencias con pactos demoníacos
Finalmente, Acuña relató un caso impactante de un joven que interrumpió un exorcismo porque había pactado con la oscuridad y deseaba mantener ese vínculo, dejando un sentimiento de frustración en el exorcista por no haber podido completar la liberación. Este incidente evidencia la existencia de pactos con entidades malignas.
















