En esta noticia

En un inusual giro de los acontecimientos laborales, una mujer francesa ha interpuesto una demanda contra su empleador, alegando discriminación y acoso después de haber sido remunerada durante 20 años sin asignarle tareas.

Laurence Van Wassenhove, quien sufre de epilepsia y hemiplejía, sostiene que su situación laboral le ha causado un gran malestar psicológico y aislamiento social.

Un largo período sin tareas asignadas

Van Wassenhove fue empleada originalmente por France-Télécom en 1993 y, tras la adquisición de la empresa por parte de Orange, su situación laboral comenzó a deteriorarse.

A pesar de su capacidad para trabajar, se le asignó un papel que no requería actividad laboral efectiva. Esta situación duró hasta que finalmente la empresa le ofreció una jubilación anticipada debido a su condición de salud, propuesta que ella rechazó.

La lucha contra la discriminación laboral

Tras años de inactividad y enfrentando desafíos personales significativos, incluyendo la responsabilidad de cuidar a un hijo con autismo y enfrentar dificultades financieras, Van Wassenhove presentó una queja en 2015 ante la Alta Autoridad para la Lucha contra la Discriminación. Aunque se nombró un mediador, poco se hizo para mejorar su situación, lo que la llevó a emprender acciones legales contra la compañía.

La empresa, por su parte, sostiene que ha hecho todo lo posible para adaptar sus condiciones de trabajo y que las continuas ausencias por salud de Van Wassenhove han impedido cualquier plan de reintegración laboral efectiva.

Este caso subraya la complejidad de los entornos laborales inclusivos y las dificultades que enfrentan aquellos con discapacidades para ser integrados de manera efectiva en el ámbito laboral. Los resultados de este juicio podrían tener implicaciones importantes para cómo las empresas manejan casos similares en el futuro.