Adiós al azúcar: el reemplazo que es 6 veces más dulce, rinde mucho más y es ideal para diabéticos
La Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) ha emitido un dictamen que confirma que la sacarina, un edulcorante artificial utilizado desde hace más de un siglo, es segura para el consumo humano
La Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) ha emitido un dictamen que confirma que la sacarina, un edulcorante artificial utilizado desde hace más de un siglo, es segura para el consumo humano. Tras una exhaustiva revisión de los estudios científicos disponibles, la EFSA ha decidido aumentar la ingesta diaria aceptable (IDA) de la sacarina, pasando de 5 a 9 mg/kg de peso corporal por día.
La sacarina, un edulcorante 6 veces más dulce que el azúcar, se presenta como una excelente opción para personas con diabetes, ya que no eleva los niveles de glucosa en sangre y, además, rinde mucho más, permitiendo disfrutar del sabor dulce sin los efectos negativos del azúcar.
Esta decisión se basa en la conclusión de que la sacarina no presenta un riesgo para la salud, ni está asociada a efectos adversos como el cáncer en humanos.
Reevaluación de la seguridad de la sacarina
En su dictamen, la EFSA explicó que la IDA de la sacarina había sido establecida en 1995, tomando como base estudios realizados en ratas que mostraban un aumento en la incidencia de tumores de vejiga en estos animales. Sin embargo, los expertos han aclarado que estos tumores eran específicos de las ratas macho y no tienen relevancia para los seres humanos.
Tras revisar toda la evidencia científica disponible, se llegó a la conclusión de que la sacarina no causa daño al ADN y no es cancerígena para los humanos. Además, los niveles de consumo de sacarina en la población están por debajo de la IDA recién establecida, lo que significa que no existe ningún riesgo para la salud de los consumidores.
El umbral de seguridad se incrementa a 9 mg/kg de peso corporal por día
¿Qué es la sacarina?
La sacarina es un edulcorante artificial utilizado en la industria alimentaria desde hace más de 100 años. Fue especialmente popular como sustituto del azúcar en las décadas de 1960 y 1970 debido a su capacidad para endulzar los alimentos sin añadir calorías. Las sales de sacarina, que incluyen las sales de sodio, potasio y calcio, se utilizan porque se disuelven mejor en agua, lo que facilita su incorporación en productos alimenticios y bebidas.
Como parte de las normativas europeas, los aditivos alimentarios como la sacarina deben estar claramente indicados en las etiquetas de los productos, lo que permite a los consumidores tomar decisiones informadas sobre su consumo.
Una revisión más amplia de los aditivos alimentarios
Este dictamen forma parte de la labor más extensa de la EFSA, que tiene como objetivo revisar la seguridad de todos los aditivos alimentarios que se han utilizado en productos alimenticios desde antes de 2009, tal como establece el Reglamento de la UE. La EFSA sigue evaluando todos los ingredientes y aditivos permitidos, con el fin de asegurar que los consumidores estén protegidos y bien informados sobre los productos que la azúcar.