El economista Hernán Lacunza es el hombre designado por la gobernadora electa de Buenos Aires, María Eugenia Vidal, para la transición. Aunque no lo confirme, todo indica que se convertirá en el ministro de Economía bonaerense a partir del 10 de diciembre. En diálogo con El Cronista, el hoy gerente general del Banco Ciudad anticipó que la ley tributaria de 2016 no contemplará una baja de impuestos, pero que el objetivo es reducir la carga impositiva en el mediano plazo.

¿Con qué provincia se encontrará la gestión de Vidal?
Diría que la provincia no escapa a la media nacional; hace cuatro años que no crece ni genera empleo. Las cuentas públicas están estresadas. La provincia hizo un ajuste muy importante en 2012 y 2013. Cuando tuvo que pagar los aguinaldos desdoblados, en 2012, hubo una decisión política de desengancharse de la dependencia de la Nación y tomó dos decisiones: un impuestazo, con subas al inmobiliario rural e ingresos brutos, y puso un pie sobre la obra pública, es la provincia que menor parte de su presupuesto destina a gastos de capital. Con esa doble tenaza logró reequilibrar las cuentas públicas en 2013 y 2014. Sin embargo, en 2015 el gasto crece mucho más que los recursos, así que esperamos un déficit anual no menor a los $ 15.000 millones. No es imposible, pero hay que financiarlo. Eso nos genera dos agendas, una inmediata y otra mediata. La inmediata es garantizar en la transición el normal funcionamiento del Estado, tanto en el pago de salarios como a proveedores. Y la mediata es ver cómo hacemos para que la política económica provincial tenga implícita una estrategia de desarrollo.

¿Cómo será la transición? Ya tuvieron reuniones con la gestión de Daniel Scioli.
Tuvimos reunión con Alberto Pérez (jefe de Gabinete bonaerense) y Silvina Batakis (ministra de Economía). Fue muy productiva, para poner a disposición a los equipos que actualmente están conduciendo la política económica de la provincia. Tendremos una reunión más técnica el lunes (por hoy) con Batakis. Ahí vamos a ver directamente la ley de Presupuesto y la ley de Impuestos de 2016.

¿Esa ley impositiva contemplará baja de impuestos?
No. Diría que en el corto plazo no hay margen para subir impuestos, porque no se puede asfixiar más al sector productivo y a los consumidores. Pero tampoco se puede prometer irresponsablemente una baja inmediata de impuestos porque heredamos déficit y sería agravar el problema de entrada. La perspectiva de mediano plazo, la filosofía, es poder ir bajando la presión tributaria a medida que recuperamos crecimiento y podamos ir bajando la restricción presupuestaria. Básicamente Ingresos Brutos, que es un impuesto muy distorsivo y con alícuotas muy altas en algunos sectores. Lo vamos a revisar caso por caso junto con el equipo de Batakis.

En ese escenario, ¿cómo se financiará esa estrategia de desarrollo que mencionó?
Hay dos caminos. Buenos Aires produce el 35% del PBI argentino y, por ley de Coparticipación, le corresponde el 21%. Pero por algunos mecanismos arbitrarios (N de la R.: el fondo del Conurbano), hoy percibe menos del 18%. A principios de la década, en 2003, recibía 25%. Nosotros podemos prometer una mayor sintonía y una actitud cooperativa entre el gobierno nacional y el provincial si Mauricio (Macri) es presidente. Ya comprometimos una transferencia de fondos de $ 13.000 millones para el primer año, que es la diferencia entre el 18% y el 21%. Eso equivale a triplicar lo que se hace hoy en obra pública, que es algo menos de $ 5000 millones por año. El segundo camino es el crédito internacional, con organismos que tienen líneas blandas para obras de infraestructura.

¿La provincia tiene margen para pedir estos créditos?
Sí, porque se ha subutilizado esa fuente, porque nos peleamos con el mundo. Estamos aislados del mundo financiero, tanto del mercado voluntario de crédito como de los organismos internacionales. Históricamente, la provincia tuvo líneas con organismos por u$s 2000 millones anuales. Hoy eso está completamente subutilizado. De todas formas, eso no vendrá en diciembre.

¿Qué obras encararán con esos fondos?
Tienen destinos muy específicos en tres rubros. Hidrología, las cuencas del Salado y el río Luján. Segundo, rutas. Hay consistencia con el programa nacional de Guillermo Dietrich, son rutas nacionales que impactan en la provincia, las rutas 3, 5, 7 y 8. Y también rutas provinciales. La ruta del cereal, la 33, y la interbalnearia, para llevarla desde Mar de Ajó a Necochea. El tercer capítulo es agua potable y cloacas. En el Gran Buenos Aires hay 700.000 hogares sin agua potable y el doble sin cloacas. El Banco Mundial tiene programas específicos para esas cosas. Es un plan de cuatro años.

¿Qué pasará con los programas sociales?
No se va a bajar ninguno. Por el contrario, se van a potenciar y a ampliar. María Eugenia (Vidal) tiene trayectoria en la Ciudad de Buenos Aires. Hay que mirar lo que hizo para comprender la vocación que tiene por la cobertura social de la población.

¿Y con la planta de empleados públicos?
Es bueno mirar lo que se hizo en la Ciudad, que tiene la misma cantidad de empleados que hace cuatro años. Lo que tiene es un sesgo distinto. Hay menos empleados administrativos y más docentes, policías y trabajadores de la salud.