

“El Tribunal Superior de Justicia aprobó la aplicación de tecnologías electrónicas en la emisión de voto, escrutinio de sufragios y transmisión y totalización de resultados electorales provisorios para la elección del 5 de julio y eventual segunda vuelta el 19 de julio con el sistema de la empresa contratista del Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y auditado por la Universidad de Buenos Aires, y las pantallas con los candidatos/as que participarán de los comicios”, informó hoy el cuerpo en un comunicado.
El Tribunal basó su resolución en un informe de auditoría que realizó la Facultad de Ciencias Exactas de la Universidad de Buenos
Aires, en su carácter de consultora preferencial de la Ciudad para este tema: “De las tareas de auditoría llevadas a cabo hasta la fecha no se han detectado problemas graves, ni indicios de que las observaciones que se describen a continuación puedan causar inconvenientes insalvables el día de la elección.//El mayor resguardo del sistema consiste en los mecanismos de control existentes que son externos a la solución tecnológica, lo cual es facilitado por la mecánica de dicha solución. Los principales auditores de los comicios siguen siendo tanto los
fiscales de las agrupaciones políticas, como los mismos electores. La principal fortaleza del sistema radica en que las máquinas utilizadas para imprimir la BUE (Boleta Única Electrónica) no guardan información de la selección del electo”.
“En particular, el sistema es comprobable físicamente y la voluntad de los electores se puede verificar en forma completamente manual sin la intervención del sistema, en casos extremos (aunque improbables) de fallas generalizadas o ante el requerimiento de fiscalización por parte de las agrupaciones políticas”, agrega el informe de auditoría.
Antes, los auditores de la Casa de estudios informaron que “MSA, (Magic Software de Argentina) la empresa contratada por el Poder Ejecutivo, proveyó el código fuente, archivos de ejemplo de configuración, la documentación del código fuente y su uso y nombró un responsable técnico que evacúo las consultas a medida que se fueron realizando”.
El sistema de boleta única electrónica acarreó bastante polémica en el último tiempo. El plan era estrenarlo en las Paso porteñas, pero el debút se demoró. Las principales objeciones, que han persistido hasta ahora, era que la Ciudad no había puesto los recursos necesarios para capacitar ni a los ciudadanos ni a los fiscales de las fuerzas políticas. En el medio se especuló con que la demora obedecía a una suerte de intencionalidad para perjudicar a Gabriela Michetti, en la interna del PRO contra Horacio Rodríguez Larreta. Se considera que las tecnologías electrónicas bajan el nivel de preponderancia de los aparatos partidarios para fiscalizar la elección, aparato con el que contaba Larreta y Michetti no.
El sistema, que nunca se usó en la Ciudad, combinará la elección digital de los candidatos con la impresión de una boleta que luego se insertará en una urna. No es técnicamente “voto electrónico” si no sistema de boleta electrónica, que no es lo mismo. Esto es así porque el sufragio además de ser almacenado digitalmente es impreso en papel. En el voto electrónico todo es electrónico, sin papel.













