

El fastidio de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner por no haber logrado que le diagnostiquen y traten la fractura de su tobillo izquierdo en Río Gallegos generó nuevas asperezas entre el gobierno nacional y el mandatario provincial, Daniel Peralta, con quien el kirchnerismo mantiene una relación tirante desde hace años. El enojo de la jefa de Estado se hizo oír en la capital santacruceña y en Buenos Aires, adonde debió ser finalmente atendida.
Quienes la acompañaron en ese momento dieron cuenta ante El Cronista del disgusto de la Presidenta, que se accidentó el viernes en su casa de Río Gallegos al resbalarse sobre el piso encerado. La mandataria se quejó a viva voz por no poder realizarse una resonancia magnética ni una tomografía en el Hospital Regional de Río Gallegos, donde esos aparatos estaban fuera de servicio, a pesar de recordó la inversión del gobierno nacional en el área de salud en esa provincia.
Sólo en los últimos meses, el Gobierno anunció para Santa Cruz el plan Cibersalud que implica la instalación de equipamiento en todos los hospitales provinciales; impulsó la construcción de un centro de medicina nuclear en Río Gallegos; e inauguró la primera etapa de la puesta en valor del Hospital Militar de la capital provincial. Además, invirtió en El Calafate $ 253 millones para la construcción de un hospital de 18 mil metros cuadrados, que estará listo en febrero y llevará el nombre del ex presidente Néstor Kirchner. Y, si bien estos anuncios y planes no fueron todavía plenamente concretados, la jefa de Estado hizo oír su fastidio con Peralta.
Ayer, la mandataria continuaba con su reposo en la Quinta de Olivos. Según el comunicado de la Unidad Médica Presidencial, Cristina sufrió "una contusión del tobillo izquierdo, lo cual le produjo una fractura bimaleolar sin desplazamiento", por lo que "se indicó inmovilización, tratamiento sintomático y control evolutivo". Es decir que, según el diagnóstico del parte que firmaron los médicos Marcelo Ballesteros y Daniel Fernández, la Presidenta deberá permanecer sin mover el tobillo fracturado durante al menos 50 días.
Es el mismo tobillo que se esguinzó en marzo de este año, durante su estadía en Roma, adonde llegó para visitar al Papa Francisco. En aquella oportunidad, la Presidenta utilizó una férula.
Una de las primeras consecuencias de su accidente doméstico, además del enojo con Peralta, fue el cambio de agenda inmediata. Cristina tenía previsto viajar a Brasil para participar de la asunción del segundo mandato de su colega de ese país, Dilma Roussef, pero ahora será reemplazada al frente de la delegación argentina por el vicepresidente Amado Boudou.
La mandataria brasileña reasumirá en el cargo el primer día de 2015 y legisladores nacionales de la oposición ya salieron a cuestionar la presencia del Vicepresidente en el evento. "Es una falta de respeto al pueblo brasileño", aseguró por caso el diputado de UNEN Martín Lousteau.













