Este jueves, se desarrolló el acto oficial por el Día Internacional en Conmemoración de las Víctimas del Holocausto, encabezado por el canciller Santiago Cafiero, junto a los ministros de Justicia y Derechos Humanos, Martín Soria, y de Educación, Jaime Perczyk.

El evento tuvo lugar en el Museo del Holocausto de Buenos Aires, donde se realizó una ceremonia con la presencia de autoridades y sobrevivientes de la Shoá que residen en nuestro país.

"Recordar el Holocausto constituye un imperativo moral para cualquier persona que quiera construir una sociedad libre de todo tipo de racismo, discriminación y xenofobia", dijo Cafiero y aseguró que "los testimonios de los y las sobrevivientes constituyen aportes únicos contra el olvido y fortalecen la memoria y la educación basadas en el respeto de los derechos humanos".

El titular del Palacio San Martín afirmó además que "el Holocausto se inscribe en la memoria colectiva de la humanidad como su capítulo más trágico y marca los límites impronunciables del horror que es posible alcanzar a través de la deshumanizacion del otro; nos interpela constantemente acerca de nuestro devenir como seres humanos y como sociedades y es un alerta permanente frente al abismo".

La República Argentina tiene un fuerte compromiso para con la Memoria del Holocausto como parte de su política exterior de derechos humanos en materia de prevención de atrocidades, y es país miembro de la Alianza Internacional para la Memoria del Holocausto (IHRA, por sus siglas en inglés).

El ministro de Educación de la Nación, Jaime Perczyk, expresó: "La enseñanza del Holocausto forma parte de la agenda educativa desde 2007 y desde entonces, el Ministerio de Educación ha sostenido políticas educativas de memoria y abordaje de reflexiones en torno a aquella experiencia límite" y agregó "desde nuestra cartera, se han producido numerosos materiales en diferentes soportes, para conocer y acompañar la enseñanza del Holocausto y otros genocidios".

"Es fundamental contar lo que sucedió y poner en diálogo los acontecimientos del pasado con una agenda democrática y amplia de derechos humanos. No hay futuro sin memoria, sin verdad, sin dignidad y sin justicia", concluyó Perczyk.

"En estos tiempos en donde lamentablemente han vuelto a ser moneda corriente el negacionismo, la discriminación y la violencia, debemos encender nuestras alarmas y esforzarnos doblemente por mantener viva la llama de la memoria. Sabemos que la única manera de que 'Nunca Más' vuelvan a cometerse delitos de esta índole es salvaguardando la verdad y la justicia; educando a las generaciones venideras; y enfrentando al odio y a la discriminación que pueden constituir una amenaza para el desarrollo de sociedades democráticas", detalló el ministro de Justicia, Martín Soria.

Los ministros intervinientes son titulares de las tres carteras gubernamentales que integran el denominado Capítulo Local de la IHRA. Durante el acto, los sobrevivientes del Holocausto realizaron la tradicional ceremonia de encendido de las velas del candelabro judío, en honor y memoria a los seis millones de víctimas judías del Holocausto.

El presidente del Museo del Holocausto de Buenos Aires, Marcelo Mindlin, resaltó que "ser anfitriones de este evento ratifica una vez más que la memoria de la Shoá es una política de Estado en la Argentina desde el retorno a la democracia", y agregó: "Muy especialmente abrazamos a los y las sobrevivientes que nos honran con su presencia y son nuestra fuente de inspiración para construir un mundo mejor".

A su vez, Eugenia Unger, sobreviviente de la Shoa, dijo al brindar su testimonio que "tener un día internacional para conmemorar a las víctimas del Holocausto es un logro de nuestra lucha, de todos los testimonios que dimos en estos tiempos".

"Queremos dar nuestro mensaje a toda la humanidad: la vida es más fuerte que el odio. Desde que llegamos a este país trabajamos día y noche para construir este museo, del cual tengo orgullo de ser una de las fundadoras", subrayó.

Seis sobrevivientes encendieron velas, como el mandato del pueblo judío de honrar y santificar la vida. Participaron Moisés Borowicz, Lea Zajac de Novera, Rosa Rotenberg, Sara Rus, Jorge Kappel y Hélène Gutkowski.