

El comienzo de las clases previsto para mañana no está garantizado en la mayor parte del país. Si bien el Gobierno retomará hoy en medio del feriado la negociación salarial con los gremios docentes con la firme amenaza de disponer la conciliación obligatoria para neutralizar un paro de alcance nacional, el conflicto con las representaciones sindicales provinciales está declarado en más de una docena de jurisdicciones. Salvo los casos de Córdoba, Santa Fe, San Luis, Santiago del Estero, que lograron cerrar acuerdos salariales, y Chaco, donde rige también una conciliación, los gremios docentes de otras 17 provincias aprobaron huelgas de entre 24 y 72 horas que cumplirán desde mañana, situación que postergará el inicio del ciclo lectivo.
Esas medidas de fuerza fueron dispuestas con independencia del resultado de la paritaria federal, que reanudará hoy desde las 10 sus deliberaciones. Fuentes gubernamentales deslizaron que, previo a esa cita, ayer hubo contactos informales del jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, y los ministros Alberto Sileoni (Educación) y Carlos Tomada (Trabajo) con representantes de los maestros para analizar alternativas de acercamiento que eviten un escenario de conflicto. Pese a ello y a la decisión de la Casa Rosada de adelantar la reunión, prevista inicialmente para las 18, el clima no parece el más propicio para un entendimiento a la luz de la acumulación de cortocircuitos entre las partes en las últimas horas.
Tanto el tono del discurso de la presidenta Cristina Fernández el sábado ante el Congreso, como la postergación de la fecha original para retomar las discusiones y la insistencia oficial por incluir el presentismo en la negociación realimentaron el malestar de los gremios, que acudirán hoy a la reunión con escasas expectativas de alcanzar un acuerdo. Hoy la dificultad más grande es haber instaurado el tema del presentismo, que es un retroceso. Deberían haber buscado las causas del ausentismo en lugar de pretender aplicar de manera extorsiva un ítem que solo produce irritación, criticó el titular de UDA, Sergio Romero, de cara a la reanudación de la paritaria. En la misma línea, Mario Almirón, de Sadop, remarcó que cualquier propuesta que contenga el presentismo es un límite para nosotros y nos parece un mecanismo que distorsiona el salario.
Con ese telón de fondo y la amenaza concreta de la confirmación de una huelga nacional, se multiplicaron las versiones de que el Gobierno impondrá hoy una conciliación obligatoria en un intento por neutralizar el paro. En los gremios adelantaban ayer la disposición a acatar la conciliación, aunque advertían que esa medida no logrará dejar sin efecto las protestas convocadas a nivel provincial, que en la práctica postergarán el inicio de las clases. No soluciona el problema de fondo, porque el conflicto por abajo sigue latente, alertaron desde otro sindicato docente.
En el medio en algunos sindicatos interpretaron la alternativa de la conciliación como una medida destinada a mantener abierta la negociación y a extenderla hasta junio, de forma de establecer recién entonces un acuerdo salarial con vigencia hasta junio del próximo año, que garantice el esquema de 16 meses de convenio que Cristina deslizó en su discurso ante el Congreso.
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