

Los operativos clamores no vienen solos. Detrás del bautizado G7, los siete presidenciables K blanqueados con un cargo ad hoc en el PJ nacional, hay decenas de agrupaciones que reclamaban las postulaciones cuando aún no era tiempo de hablar de candidaturas. Una forma de admitir las aspiraciones sin hacerlo. Desde Daniel Scioli, que fue el primero en lanzarse, hasta los que aún no lo han oficializado, como el titular de Diputados Julián Domínguez, se garantizaron tener una base política para acompañarlos en la carrera hacia 2015.
Otra regla no escrita es que dichos espacios, en teoría, nunca son propios del agasajado. Son compañeros que militan con nosotros que piden la candidatura pero (el postulante en cuestión) no les pidió que lo hicieran, se repite la excusa una y otra vez entre el G7. Cuestiones de forma: no queda bien que uno impulse su propio nombre para una boleta. A lo sumo, en público, los avalan y agradecen.
Por problemas de marquesina, se frustró la unificación de las agrupaciones sciolistas planeada para principios de año. Símil fusión del colectivo cristinista Unidos y Organizados, se pensó que los distintos espacios del gobernador podían confluir debajo del paraguas de La DOS, la más sciolista por llevar las iniciales del homenajeado.
El resto de las fuerzas de la ola naranja responden a ministros provinciales. Así está el Peronismo 2020 de Cristina Alvarez Rodríguez (Gobierno), el Grupo Descartes de Oscar Cuartango (Trabajo) y Peronistas Sin Fronteras de Alejandro Arlía (Infraestructura). También está La Juan Domingo, que creó el senador provincial Baldomero Cacho Alvarez antes de saltar al massismo. Hoy la preside el ultra-sciolista Alberto De Fazio.
Desde su Chivilcoy natal, Florencio Randazzo es aplaudido por Los Pasos Previos. Ahora para apoyar la candidatura (presidencial o a gobernador) del ministro de Interior y Transporte surgió desde la capital provincial La Florería (en clara alusión a su nombre), un espacio para jóvenes randazzistas ideado por el funcionario del municipio platense Ezequiel Auspitz. El slogan es Un flor de proyecto. Mejor que decir es hacer, en línea con la estrategia de posicionar la gestión como su caballito de batalla.
Otro que tampoco, supuestamente, propulsó espacios para sostener una hipotética candidatura es Sergio Urribarri. Su principal respaldo de base viene de un prócer: La Artigas. También acompañan al mandatario entrerriano Nunca Menos (tomando un slogan de la Casa Rosada), Renacer Peronista, La Jauretche y las menos creativas Mujeres Urribarristas y Juventud Urribarrista. Todas se encolumnan detrás de los carteles del sin lugar a otras interpretaciones (como contracara del pluralismo sciolista): Soy K.
Finalmente, todavía en la instancia de no admitir sus candidaturas aunque forman parte del G7 (jugando al misterio de a qué cargo de verdad aspiran), hoy Domínguez presenta en Mar del Plata el Grupo San Martín, un virtual think tank. Y el ministro de Defensa, Agustín Rossi, utiliza para sus contados desembarcos políticos (que la gestión no le permite) la estructura de su Corriente Nacional de la Militancia.













