

Como ya ocurrió con las petroleras, con las cerealeras y los bancos, también las automotrices formarán parte de la lista de empresas que colaborarán con el Gobierno en su intento por garantizar la cosecha de sectores que suscriban el Bono Argentino de Ahorro para el Desarrollo Económico (Baade), mediante el cual el oficialismo busca fortalecer el llamado a exteriorizar capitales que por ahora no generó mayores pasiones entre los hombres de negocios de la Argentina.
La intención del secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, es que las terminales locales dispongan de por lo menos u$s 300 millones para aportar mediante este instrumento, la primera emisión de deuda en dólares desde el último canje y que el Gobierno busca convertir en la principal herramienta del, hasta ahora fracasado, blanqueo de capitales.
El objetivo final es recomponer el nivel de reservas, que según datos del mercado, cayeron ya en más de u$s 6.000 millones desde principios de año. Y a diferencia del Cedin, el dinero que los grupos empresarios destinen al Baade funcionará como una rueda de auxilio para las arcas del Central, por lo menos hasta 2016, cuando estos títulos tienen fecha de vencimiento. En números, la intención oficial es lograr un blanqueo por u$s 4.000 millones, de los cuales el 50% deberían provenir de la suscripción de este bono.
Hasta ahora, las presiones de Moreno, disfrazadas de invitaciones a suscribir el bono, han logrado el compromiso del grupo Bridas de aportar u$s 500 millones que, entre otros destinos, serán utilizados para inversiones en el área energética no convencional, donde el yacimiento Vaca Muerta, es la joya de la corona.
De todos modos, hasta ahora el anuncio del grupo donde participa la familia Bulgheroni ha sido solamente eso, un anuncio. En términos prácticos el dinero comprometido todavía no fue volcado a la economía real.
En el caso del sector automotriz, fuentes empresarias que participan del 49º Coloquio de IDEA en Mar del Plata admitieron que Moreno está llamando a las automotrices para convocarlas a una charla sobre lo positivo que sería que suscriban el Baade. Según las fuentes, el funcionario no está cursando las invitaciones a través de Adefa, la asociación que agrupa a las automotrices radicadas en el país. Lo está haciendo, empresa por empresa, con lo cual es posible que alguna todavía no haya atendido el pedido.
En el sector califican la posibilidad de colaborar como remota. Aseguran que es de difícil aplicación. Y de hecho, uno de sus principales referentes admitió preferir invertir ese dinero en las plantas y no en bonos del Estado.
El argumento para defender esta teoría tiene que ver con la actual situación del sector, con complicaciones por la caída de las exportaciones a Brasil y con un pronóstico de menor crecimiento para el año próximo, precisamente por el freno del principal mercado para los autos producidos en la Argentina hacia adonde se dirige el 80% del total de las exportaciones que a su vez, explican el 60% del total del sector.
Incluso, el propio Cristiano Rattazzi, titular de Adefa y a cargo de los destinos locales de Fiat, anticipó en Mar del Plata que el sector no seguirá creciendo a tasas del 25% como lo viene haciendo en estos años, sino que el incremento será más moderado, de entre el 5% y el 6%, debido a que no sabemos cómo seguirá el tema de Brasil. De hecho, se trata de una caída lógica si se tiene en cuenta el nivel de crecimiento sostenido que vienen evidenciando la producción y venta de autos nuevos y usados en los últimos dos años, a tasas que mes a mes superan a las anteriores. Este año, se encamina a ser récord, tanto en fabricación como en comercialización con datos que sorprenden como que se vendan casi 500 modelos por día en el país.
Con este escenario, también suena lógico que Rattazzi no se muestre del todo preocupado a largo plazo por los números del sector automotriz. Si bien describió la complicada situación actual que sufren las terminales, en especial las radicadas en Córdoba, lo vincula a un tema coyuntural, Y por ese motivo se mostró esperanzado en que se puedan revertir las suspensiones de personal y el adelanto de vacaciones para limitar la producción debido al exceso de stock que actualmente llevan a cabo varias compañías.













