Al igual que lo planteó días atrás su colega Ricardo Arriazu, el economista Rodolfo Santángelo no dudó en calificar como un "gran error" la decisión del Gobierno de liberar "prematuramente" el cepo cambiario para personas físicas.

"Cuando empezó este año, Argentina enfrentaba desafíos macro manejables. Lo más importante era cerrar un acuerdo con el Fondo para que entre plata y asegurar el financiamiento de los pagos externos, y eso tenía que venir a cambio de una reorganización del mercado cambiario que facilitara al sector público la compra de divisas y eventualmente al Banco Central la recomposición de las reservas. Pero el 12 de abril recibimos una sorpresa", apuntó en diálogo con Ahora Play.

Esa sorpresa a la que se refiere Santángelo fue la salida del cepo, que autorizó a los individuos a comprar dólares libremente, una medida que considera que debió tomarse como "la frutilla de la torta", cuando ya estaban resueltas otras variables.

"Pero cuando vimos en qué se transformaba la demanda, nos dimos cuenta que se apresuraron en salir. ¿Qué necesidad había de salir del cepo el 12 de abril? Que la gente compre dólares en vez del Estado es un error de la macroeconomía. Y a mí nadie me gana en liberal, pero el el liberalismo lo que necesita es la solidez de la macroeconomía. Y la solidez de la macroeconomía necesitaba que el Estado compre los dólares para pagar la deuda y recomponer las reservas", completó.

En esa línea, el especialista indicó que priorizar una brecha cambiaria baja o cero, aunque sea un objetivo deseable, fue un error frente a la necesidad de que el Gobierno "compre dólares, pague vencimientos, se guarde la plata del Fondo para el futuro y se enfoque en bajar el riesgo país y en recomponer las reservas".

"Todo eso era mucho más importante que la gente comprando dólares, aún cuando los deje en el sistema bancario o los use para viajar a vaya a Punta Cana barato", sostuvo.

La consecuencia directa de esta política, según Santángelo, es una "tasa de interés altísima, exorbitante, que genera que sea peor el remedio que la enfermedad".

"Preferiría toda la vida tener una brecha del 30% o 40% con un mercado cambiario diferente al que se generó, donde la tasa de interés está al 50%, al 60%, ya no sé ni a cuánto está", cuestionó.

Pensando a futuro, el economista lanzó una advertencia terminante: "Acá la demanda de dólares de la gente tiene que bajar mínimo a la mitad. Y ni siquiera a la mitad de lo que fue agosto, a la mitad de lo que venía julio o junio". De no lograrse, aseveró, Argentina enfrentará un serio problema.

También remarcó otros dos desafíos pendientes: que el sector exportador empiece a crecer a una tasa parecida a la de las importaciones, y encontrar cuál es la tasa natural de ingreso de capitales de Argentina, "que ha estado muy volátil".

En otro tramo de la entrevista radial, Santángelo también señaló el impacto de la actual política en el crédito, la tesorería de los bancos y la deuda en pesos. "El crédito al consumo, la ´gallina de los huevos de oro´, se corta", enfatizó.

Y recalcó que la tesorería de los bancos enfrenta una "situación delicada" con depósitos que suben menos que la tasa de interés. Y la deuda en pesos, que antes se licuaba con tasas negativas, ahora se vuelve costosa con tasas reales positivas, lo que obliga a la tasa de interés "a tener que bajar sí o sí".

Sobre el cierre, el economista concluyó que los desafíos post-electorales son "más difíciles y menos manejables" que los de enero, febrero o marzo de este año. Y si bien no propone volver a un cepo como el anterior, sí insiste en que alguna restricción deberá implementarse.

"No estoy diciendo volver al cepo, pero esto así como está ya no da para más. O sea, si en enero se va a ir todo el mundo a Florianópolis y no a Villa Gesell, tenemos un problema. A menos que la demanda de dólares se reduzca drásticamente, el equilibrio se hará insostenible. Vamos a necesitar una oferta y demanda de dólares más lógica", insistió.

"Por supuesto que el Gobierno no va a salir a decir ´reimplanto el cepo´, no va a pasar eso. Pero alguna restricción va a tener que venir, un límite. Hubo momentos en que el impuesto al turismo se tenía que pagar. O el impuesto PAIS, que es un impuesto de miércoles, pero capaz que es menos malo que tener retenciones", finalizó.