Las medidas de flexibilización, combinadas con otros factores económicos como la apreciación del tipo de cambio en ciertos períodos del año, generaron un aumento récord en las compras al exterior vía courier que cada vez presiona más sobre las reservas del Banco Central.
Si bien se trata de “montos chicos” en contraste con otros consumos como el de turismo en el exterior que cerrará el año con un déficit cercano a los u$s 10.000 millones, las compras superan ampliamente los volúmenes de años anteriores y ya se ubican en torno a los u$s 100 millones al mes.
El “boom” de compras a través de plataformas como Shein, Temu, Amazon o cualquier tipo de pedido particular en otro país, para medirlo, el Indec lo ubica dentro del rubro “Resto” en el Intercambio comercial argentino (ICA).
El peso de este apartado en el comercio internacional pasó del 0,5% -con picos de 1,8%- al 1,5% lo que en dólares representa una variación de los u$s 50 a más de u$s 100 millones por mes.

En septiembre, el grupo denominado “Bienes despachados mediante servicios postales” significó u$s 101,9 millones, mientras que todo “Resto” fue u$s 109 millones, en el mismo mes, lo que representa cerca del 95%.
A lo largo de 2023 esta sección alcanzó los u$s 472.403.019, en 2024 por la recesión de la economía bajaron a u$s 238.873.830 y, en lo que va del año, ya superan los u$s 601.819.265, por encima de todo registro. Incluso de otros momentos de apertura comercial como 2016 y 2017 cuando se registró 224.095.651 y 206.909.940 dólares, respectivamente.

El impulso llegó a partir de la resolución general 5608/2024 que permitió aumentar el límite de valor FOB para los envíos vía courier de u$s 1000 a u$s 3000 y, a la par, se eximió de derechos de importación y la tasa estadística a las compras de hasta u$s 400 (Decreto 1065/2024).
La reacción de consumidores fue inmediata y “Resto” comenzó a generar mayor presión sobre la salida de divisas en 2025; aunque la categoría no permite conocer detalles de los productos, fuentes del sector aseguran que el salto “exponencial” se refleja en el ingreso de productos de tecnología y electrónica (como computadoras y celulares), ropa, calzado y accesorios, y juguetes.
La medida despierta opiniones diversas en el universo industrial. Mientras algunos sectores alegan que el tope es muy amplio y dan como ejemplo Chile que cuenta con una franquicia de u$s 500 otros señalan que los montos no mueven el amperímetro.
Fuentes del sector textil aseguran que la actividad está atravesada por la caída del consumo, vinculada a la pérdida de poder adquisitivo del salario y aseguran que el “fenómeno plataformas” no llega a todo el país. “Las sábanas para hospitales, los uniformes de trabajo o el joggin para la escuela, no se compra por Shein”, graficó un textil a este medio.
En cambio, la mira está puesta en productos que ingresan por el régimen general de importación a valores tan bajos que abren sospecha: camisas a u$s 80 centavos y pantalones a u$s 1. Para enfrentar esta problemática, industrial están pidiendo a la Secretaria e Comercio que se establezcan los “valores de referencia” para monitorear el precio al que ingresan las importaciones.
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