El macrismo está terminando de organizar lo que serán los primeros anuncios de la nueva administración nacional. Mientras en el Ministerio de Hacienda de Alfonso Prat Gay desarrolla su estrategia para levantar el cepo cambiario y quieren organizar un acuerdo "amplio" entre empresas y sindicatos, otra parte del gabinete económico se concentra en lo que serán las "buenas noticias" necesarias para mechar con las malas noticias.
Mauricio Macri ya había planteado ante un grupo de empresarios que quería un "huracán de inversiones". Lo mismo hizo en sus visitas a Brasil y Chile invitando a los empresarios a que traigan sus dólares.


Pero, más allá de los posibles desembarcos, ya hay algunas empresas que confirmaron desembolsos y se está organizando el calendario de anuncios de inversiones. El encargado de llevar adelante este "cronograma de grandes anuncios" es el próximo ministro de la Producción, Francisco "Pancho" Cabrera.


El hombre que creó la Fundación Pensar, el think tank de políticas públicas de PRO, está hablando con las empresas que tienen inversiones para anunciar y está organizando en qué momento hacerlas públicas. La semana pasada Cristiano Rattazzi, presidente de Fiat Chrysler Argentina, adelantó que la compañía pondrá entre u$s 650 millones a u$s 700 millones en la planta en Ferreyra, Córdoba, para fabricar un modelo global.


La noticia que hizo pública el empresario fue tomada con sorpresa por varios sectores del macrismo porque, aunque Mauricio Macri ya lo sabía, la idea de Cabrera y su equipo era la de tener "en gatera" a los empresarios que tengan anuncios para no "quemar" las buenas noticias todas juntas.


"Estamos esperando que nos den una fecha, pero ya está todo acordado para anunciar nuevos fondos", explicó un empresario a El Cronista que pidió reserva. En ese misma situación hay automotrices, una compañía de la industria química se habla que en el caso de la última sería de alrededor de los u$s 1500 millones, una constructora de gran porte, una petrolera (que está a la espera de definiciones) y un grupo de compañía que conforman una lista que casi llega a una veintena de anuncios que buscarán morigerar el impacto de las malas noticias.


Una estrategia similar utilizó Néstor Kirchner cuando asumió en 2003. Era un momento muy diferente desde el punto de vista económico y político, la Argentina estaba en default y negociaba con los acreedores externos. Sin embargo, comenzaba el crecimiento después del 2002 y desde el sector privado se anunciaban inversiones en bodegas, hotelería, laboratorios, software, etc. Por esos años BMW definía su llegada al país, Shell inauguraba una turbina de generación en Dock Sud; Peñaflor, que acaba de quedarse con el negocio de Diageo, estudiaba opciones de compra; Carrefour invertía $ 1,5 millones y la desaparecida CTI prometía u$s 100 millones en una red para el interior de la Argentina.


Hoy se habla de la llegada de Gap y Forever 21, mientras que en los primeros meses del kirchnerismo Federico Álvarez Castillo lanzaba Etiqueta Negra. Y lo más paradójico de todo es que por esos días Juan Navarro de The Exxel Group le pedía la quiebra personal al presidente de Socma, Franco Macri, por las deudas de la fusión de OCA con el Correo.