El ministro de Economía, Axel Kicillof, y el canciller, Héctor Timerman, encabezaron la delegación argentina que participó ayer en la reunión de líderes del G-20, que se desarrolló en Turquía, con los atentados en Francia y el bombardeo subsiguiente en Siria como tema urgente y dominante. Las delegaciones, no obstante, coincidieron en que la economía global no se recupera y que son necesarias políticas más expansivas para impulsar y consolidar el crecimiento.


Kicillof encabezó la delegación argentina que llegó a Antalya, Turquía. Luego de participar en la reunión de líderes en representación de la presidenta Cristina Fernández, mantuvo encuentros con su par de Hacienda brasileño, Joaquim Levy, y con funcionarios de China.


"La crisis internacional no cede, lo han dicho todos los referentes y líderes del mundo y hay realmente mucha decepción porque las medidas de salvataje del sector financiero no han sido efectivas", dijo Kicillof. "Las opiniones (sobre qué medidas tomar) son diversas, dependiendo de cada uno de los países, pero todos coinciden en que hay que tomar medidas más vigorosas", continuó.


"Debe quedar claro que los países emergentes no son lo culpables de la prolongación de la crisis", ya que "la caída de los precios de los commodities es un efecto de la crisis mundial, agravado por el riesgo de la política de tasa de interés de la Reserva Federal de Estados Unidos". Hemos visto un fracaso tras otro en estos siete años, y el peligro más grande es que esta crisis se está transformando en una crisis de deuda y deflación, agregó Kicillof.


El cambio climática y la reducción de emisiones de gases ocupó parte de la agenda del G-20. El ministro de Economía planteó que Argentina reafirmó su compromiso para reducir las emisiones contaminantes, pero insistió en que a América Latina le corresponde sólo el 5% de ellas, e hizo hincapié en la necesidad de que la región obtenga "financiamiento y las transformaciones tecnológicas" para que la reducción de gases no implique una desindustrialización. "No puede recurrirse al proteccionismo verde como excusa para implementar restricciones comerciales", añadió.


Kicillof mantuvo una reunión con el ministro de Hacienda de Brasil, Joaquim Levy, en momentos en que arrecian rumores sobre su desplazamiento por parte de la presidenta Dilma Rousseff. "Hemos hecho una puesta en común un poco con lo que se está estudiando a nivel internacional para abordar la crisis mundial y una cuestión realmente muy seria que es que se busca de alguna manera señalar a los países emergentes como responsables de que el mundo no marche a una mayor velocidad en términos de crecimiento", sostuvo titular del Palacio de Hacienda, según el comunicado oficial.


Kicillof también aprovechó el encuentro para firmar el acuerdo comercial y la conformación del consorcio empresarial para la realización de la cuarta central nuclear y el acuerdo marco para la quinta, que estarán en manos de firmas chinas. Los contratos fueron refrendados, además, por Timerman y el ministro de Planificación, Julio De Vido. Por la otra parte, participó el presidente de la Comisión Nacional de Desarrollo y Reforma de la República Popular China, Xu Shaoshi. Ambos acuerdos involucran obras por unos u$s 15.000 millones afirmó el gobierno argentino.


"Estas son dos centrales que van a tener un componente nacional muy alto y todo lo que se ha realizado en estos doce años se va a capitalizar en los próximos avances en términos nucleares", agregó Kicillof. Según De Vido, los contratos significan "la mayor inversión con crédito a tasa preferencial y en mejores plazos que haya realizado inversor alguno, es decir es la mayor de la historia argentina". Las tasas rondan el 6,5% anual.