

El exsecretario de Comercio, Guillermo Moreno, también define nombres de cara a su desafío en estas elecciones 2023, como precandidato a Presidente. Ya había anunciado que estaría acompañado por Leonardo Fabre, como su compañero de fórmula y por el dirigente social Luis D'Elia y el empresario de la carne Alberto Samid como gobernador e intendente de La Matanza, respectivamente.
Sin embargo, tras el cierre de alianzas, Moreno confió a El Cronista que a sus filas se sumaba también un hombre de Dios. Se trata de Eduardo Graham, el cura de la parroquia San Pedro Telmo a la que asiste desde hace dos años el exfuncionario que se volvió muy crítico de la actual gestión peronista.
El dirigente y el sacerdote se conocieron casi de forma accidentada, cuando en 2020 Moreno se distanció del Frente de Todos -ahora Unión por la Patria- y decidió fundar su propio espacio político, "Principios y Valores".
Una tarde, Graham se acercó al nuevo espacio, escuchó las propuestas y entabló un diálogo con Moreno, quien a partir de ese momento comenzaría a comulgar en su parroquia.
Sobre cómo fue ese primer encuentro, el párroco relata: "Me acerqué porque coincidía con la mirada de Guillermo sobre la construcción social del globalismo y la soberanía de los pueblos de las naciones, que no todo es neutral y que cada uno con sus particularidades puede construir algo desde un espacio conjunto."
El religioso cuenta que "venía de una lectura teológica pastoral en la misma dirección" y que una condición que lo atrajo es que se trata de "un proyecto colectivo que suma a quien tenga propuestas"

Para ejercer el cargo político, Graham solicitó los permisos necesarios, y aclara que, pese a que deberá tomar licencia, no dejará de ser cura. "Hablé con el arzobispo y no hubo problema. Me dijo que tenía que tomar yo la decisión pero que tenía consecuencias, como dejar los oficios pastorales, el ejercicio público del ministerio mientras ejerciera la actividad política".
Quién es Eduardo Graham, el candidato sorpresa de Guillermo Moreno
Multifacético, el sacerdote es profesor universitario y también prolifera un profundo amor hacia las artes. Estudió con el formador de actores Juan Carlos Gené y en la actualidad es director de teatro. Antes de hacer el seminario, estudió tres años de ingeniería en la UCA y tras participar de un retiro espiritual, encontró su vocación.
El cura de Guillermo Morano, sin embargo, explica que nunca estuvo en sus planes la idea de ejercer un cargo político y que será la primera vez que se pone frente a un desafío semejante
"Fue una sorpresa total, pensé en la propuesta por dos semanas. Lo conversé con algunos colegas y me di cuenta que era una objeción mía. De chico en mi casa me decían, la política es sucia", relata.
Y continúa: "En la década del 60 yo venía de una familia antiperonista de ola, por así decirlo. Cuando entré al seminario empecé a rodearme de otras corrientes de pensamiento y me hice amigo de muchos peronistas. Entonces me di cuenta que no era muy distinto a mis principios, más allá de una definición política".

Con una mirada conciliadora evita hacer juicios particulares sobre los dirigentes políticos, pero se explaya sobre un concepto del que en su opinión se habla mucho, pero se hace poco para trascenderla: "La grieta no está en el pueblo, la grieta está inyectada. Todos debemos participar y somos todos corresponsables de lo bueno y lo malo que logramos como sociedad, yo voy a hacer esto con mi corazón sacerdotal".
Por otro lado se refiere a la condición de CABA a la que describe como "feudal". "La Ciudad de Buenos Aires no está aislada, es y sigue siendo federal. Pese a que a veces pareciera que eso se olvida, que se entiende autónoma como mirándose el ombligo. Si autonomía remite a libertad, libertad también es servicio y sintonía servicial con las otras provincias, comenzando con el conurbano", finaliza.













