

Sergio Massa tenía preparada la respuesta para cuando alguien le preguntara por Martín Insaurralde. "Perdimos una oportunidad" le dijo un gobernador electo a Patricia Bullrich cuando terminó el debate. También le señaló que la vio cansada aunque en público todos los dirigentes de Juntos por el Cambio la felicitaran. Ella se justificó por una gripe de la que estaba saliendo.
Como nadie le preguntó y sólo hubo indirectas sobre las minivacaciones que incluyeron un paseo en yate en Marbella, Massa pidió la renuncia de Insaurralde como candidato a concejal de Lomas de Zamora. Quería que el gesto fuera fuerte y no sólo que renunciara como jefe de Gabinete de Buenos Aires.
En su entorno indicaron que la oposición sabía la respuesta. No dicen cómo pero cerca del ministro de Economía y candidato cuentan que en la previa le avisó a alguien -probablemente al propio implicado- y el dato le llegó a Patricia Bullrich y a Néstor Grindetti, intendente de Lanús de buen diálogo con Insaurralde y candidato a gobernador. Preguntarle podría haber sido gol en contra.
Massa se reunió antes del debate con el grupo de ministros que llegó a acompañarlo, entre otros Gabriel Katopodis, de Obras Públicas, y Jaime Perzyk, de Educación. También estuvieron Victoria Tolosa Paz, de Desarrollo Social, y Aníbal Fernández, de Seguridad. En público ensayaron respuestas de ocasión, en privado los adjetivos que se oyeron en la tropa de Unión por la Patria fueron aún más duros que los que propinó la oposición contra Insaurralde.
Bullrich logró incomodar a Javier Milei dos veces. Según su equipo fue hábil en confrontar con el libertario y el oficialista y tendrá revancha el próximo domingo cuando uno de los temas sea Seguridad. Mientras se retiraba, María Eugenia Vidal dijo que la vio muy bien y que ganó, pero no quiso hacer más declaraciones. Otros fueron más sólidos en su apoyo, como el primer candidato a diputado Cristian Ritondo o Federico Pinedo.
Sin embargo, varios dirigentes de peso coincidieron en que se notó que por el dolor de garganta no estaba al 100%, que por momentos trastabilló y que en materia económica quedó off side. Tendrá que ajustar para el próximo debate del domingo 8 e insistir en romper la polarización entre Javier Milei y Massa.
No uno sino por lo menos cuatro dirigentes de Juntos por el Cambio cuchicheaban en los pasillos del Forum destacando cómo Massa había ido a la ofensiva para no parecer que atajaba críticas por la pobreza o la inflación.
En la cena posterior en el hotel boutique Las Marías, Massa con su entorno y los dirigentes del Gobierno que viajaron hasta Santiago del Estero coincidieron en que por momentos el debate se hacía aburrido, sobre todo después de que el ministro y Milei se gastaran en duelos sucesivos los derechos a réplica. El segmento dedicado a la Economía era el de mayor riesgo para Massa y quiso copar la atención.
Los suyos lo vieron sólido y sin errores o furcios. Lo contrario dijeron de Bullrich, sobre todo al hablar de Economía. Lo mismo le pasó a Milei cuando habló sobre Educación cuando habló genéricamente sin detalles sobre cómo aplicaría su polémico plan de vouchers.
La mayoría destacó la soltura y las frases que dejó para el postdebate Myriam Bregman. "Fue mejor" o "fue la mejor" deslizaron incluso entre sus adversarios, aunque no coinciden con sus ideas. En particular, la candidata marcó el pulso de las redes con sus ingeniosas salidas contra Milei, tanto con las referencias al "rincón del vago" como la etiqueta de "gatito mimoso" que el endilgó.
En rigor, no le temen en las urnas como tampoco a Juan Schiaretti a quien vieron más como un candidato a gobernador aunque sorprendió por el manejo del formato de ocasión.
Milei por su parte está seguro de que ganó. En los festejos posteriores en la noche del domingo anticipaban un triunfo en primera vuelta. Incluso Ramiro Marra, que filmó y sacó fotos, sintió que se beneficia y repetía que entrará a la segunda vuelta en la Ciudad y que ganará la elección para ser el próximo jefe de gobierno.
Primero con los hermanos Javier y Karina Milei, con Santiag Oría creativo audiovisual, Carlos Kikuchi y todo el resto de la comitiva agitaron servilletas con la H bordada del hotel en el que se alojaron y cantaron "que se vayan todos". Hubo después otro festejo que duró hasta la madrugada, más reducido, en una cervecería cercana.
Massa, que llegó por tierra para desactivar durante el viaje la bomba que estalló con Insaurralde, regresó en un avión charteado. "Estoy muy contento", repetía a los que le preguntaran.














