A partir de la aparición de la pandemia el 49,3% de los hogares tuvieron pérdida de ingresos y, además, el 40,3% sufrió suspensiones o despidos, de acuerdo al estudio sobre el impacto del Covid-19 en los hogares del Gran Buenos Aires (ElCOVID). La crisis laboral fue mayor en los partidos del conurbano bonaerense, donde los despidos alcanzaron al 42% de las familias, mientras que en la Ciudad de Buenos Aires la cifra fue de 33,6%.

El impacto en el empleo fue de 45,7% en los hogares cuyos jefes de familia no terminaron el secundario, detalla el informe llevado a cabo desde agosto a octubre de 2020 por el INDEC. Progresivamente, en los de nivel educativo medio fue de 37% y de los liderados por jefes de familia con un nivel educativo terciario o universitario sólo un 34,5% se vio afectado.

En lo que respecta al ingreso total familiar (ITF), la caída fue del 57,3% en los hogares con niños y de 57,1% en los de bajo nivel de instrucción, lo que tuvo consecuencias en los hábitos alimenticios. El 33,8% de las familias redujo el consumo de al menos un alimento por razones económicas desde el inicio de la pandemia. Para quienes residen en CABA el porcentaje fue de 21,2%, mientras que en los hogares localizados en partidos del conurbano bonaerense fue del 38%.

Del total de hogares encuestados un 50,2% redujo solo un alimento, mientras que el 25,6% dejó de consumir dos de los considerados y el 14,2% tres alimentos. Un dato llamativo es que el 87,4% se vio obligado a dejar de consumir carne vacuna.

En cuanto a productos no alimentarios, el 45,8% de las familias tuvieron que reducir su consumo. Específicamente fueron el 36,9% en CABA y el 48,8% en el conurbano. Cabe aclarar que además de los recortes en ciertos consumos hubo otros problemas de gastos corrientes. El 28,6% de los hogares dejó de pagar impuestos y servicios de la vivienda como agua, gas, electricidad, internet, servicios de TV por cable o telefonía celular.

Ante la disminución de ingresos, para poder afrontar el resto de los gastos diarios 4 de cada 10 hogares declararon haber utilizado sus ahorros desde que comenzó la cuarentena y el 11% se vio obligado a pedir préstamos, tanto a bancos como a organismos públicos.

Un último punto a remarcar tiene que ver con la economía del cuidado: el 65,5% de los hogares debieron incrementar el tiempo dedicado a tareas domésticas y, específicamente en los que hubo presencia de niños ese porcentaje ascendió al 72,5%. A diferencia del resto de los indicadores, las tareas de limpieza, preparación de alimentos y compras se incrementaron en mayor proporción (75,6%) en los hogares con mayor nivel educativo, dado que previo a la emergencia sanitaria solían contar con mayor participación de servicio doméstico.