

Una caravana de 5 horas, una caminata por los barrios céntricos de la ciudad de Córdoba y un acto en una pequeña localidad a 190 kilómetros de la capital provincial serán los eventos que cierren hoy una campaña marcada por la baja intensidad en las próximas elecciones cordobesas, en las que se juegan los dos cargos ejecutivos más relevantes para la provincia: la gobernación y la intendencia de la segunda ciudad más grande del país.
Si bien desde el entorno del gobernador Juan Schiaretti se niegan a hablar de resultados, las últimas encuestas revelan una diferencia de 30 puntos respecto del segundo candidato más votado. Hay sondeos que llegan a proyectar una victoria con un respaldo por más del 50% de los votos el próximo domingo, marcando incluso un récord por encima del 52% que obtuvo la fórmula conjunta de José Manuel De la Sota y Schiaretti en 2003.
Lo que se juega en la elección cordobesa es mucho más que la política local. Si, como dicen las encuestas, el actual gobernador logra una victoria contundente, este resultado podría catapultar a Schiaretti como el gran ordenador del peronismo no kirchnerista. De hecho, las versiones que corren sobre una gran foto con referentes de Alternativa Federal el domingo a la noche se alimentan con la elección del búnker de campaña, un hotel ubicado en la periferia de la capital provincial muy cerca del aeropuerto. El gobernador salteño Juan Manuel Urtubey, el senador Miguel Ángel Pichetto o el ex intendente de Tigre Sergio Massa son algunos de los nombres que circularon entre la lista de posibles presentes para acompañar a Schiaretti, aunque desde el entorno de estos tres referentes le dijeron a El Cronista que su presencia no está confirmada aun.
El segundo puesto en la carrera por la gobernación está, según encuestadores, en "empate técnico" entre Ramón Mestre, actual intendente de la ciudad de Córdoba que competirá con la histórica Lista 3 del radicalismo, y Mario Negri, el candidato del gobierno nacional. Se trata de las dos expresiones del oficialismo nacional ante la imposibilidad de consensuar una oferta única.
La ventaja de dos puntos que pone a Negri por encima de Mestre, sin embargo, no salda el tendal de heridos que dejó la interna de Cambiemos en Córdoba, la provincia que fue fundamental en la elección de Mauricio Macri en 2015. "La sangre llegó al río", le dijeron a El Cronista desde el entorno de uno de los candidatos, en alusión a la posibilidad futura de recomponer las relaciones en el radicalismo cordobés. Desde uno y otro sector las acusaciones son furibundas. Y las esquirlas llegan a Buenos Aires.
Según la politóloga Paola Zuban, directora de investigación de Gustavo Córdoba y Asociados, la elección estuvo "muy provincializada". "El gobierno nacional cometió un error al enviar a figuras nacionales como Elisa Carrió y María Eugenia Vidal, que no sumaron nada. Mandó todo enlatado, poco material, sin consultar estrategias locales y todo eso se notó", aseguró la especialista.
Sobre el aporte del gobierno nacional a la campaña de Negri, una fuente le confió a este diario que no recibieron presupuesto, lo que dificultó aún más carrera del postulante oficialista debido a que la contienda con los dos referentes de los ejecutivos más importantes de la provincia requiere una espalda especial.
La legisladora provincial Liliana Montero, que no juega en esta elección, le dijo a este diario que el resultado que se prevé para los comicios puede explicarse por varios motivos. Por un lado, la gestión de Schiaretti es valorada positivamente por los cordobeses. Por otro, el gobernador logró la unidad de todo el peronismo cordobés, y también la incorporación de sectores vinculados al progresismo y una parte importante de los movimientos sociales. A esto se sumó la fragmentación de la oposición, que no logró consolidar el sello Cambiemos para esta elección; un fuerte desgaste de la figura de Macri en Córdoba; y la apuesta del Gobierno nacional por un candidato con mucha presencia en la escena nacional pero poca jugada en la política territorial cordobesa en los últimos tiempos, analizó Montero.
La pelea por la intendencia de Córdoba se encamina también a un resultado positivo para el peronismo de Córdoba, que lograría por primera vez poner un candidato propio en el sillón municipal desde el regreso de la democracia. La única vez que Unión por Córdoba obtuvo una victoria en la intendencia fue de la mano de una alianza con la Ucedé, con Germán Kammerath como candidato en esa oportunidad. Las encuestas estiman que Martín Llaryora (PJ) obtendría el 34% de los votos, Luis Juez alrededor del 20% y el mestrista Rodrigo De Loredo un 17%.
La elección cordobesa, más que un resultado, comenzará a ordenar el panorama nacional, a tan solo un mes de la fecha límite para definir las candidaturas a presidente.













