

Para el exministro de Economía, Domingo Cavallo, lo que el Gobierno haga en los próximos meses en materia de manejo de la deuda pública será determinante para saber si el país encamina el rumbo o se acerca un paso más hacia un precipicio económico de impredecibles consecuencias.
En concreto, el exsuperministro durante la presidencia de Carlos Menem, con un segundo turno como eventual "salvador" de la convertibilidad en el gobierno de la Alianza, volvió a referiste a la posibilidad de un nuevo Rodrigazo, y no descartó la hiperinflación.

"Si por cualquier causa, el Gobierno decidiera no cumplir con sus obligaciones externas en el segundo semestre de 2021 y se hiciera imposible la negociación del programa de diferimiento de pagos con el FMI, las consecuencias para la inflación y el nivel de actividad económica podrían ser aún más dañinos que los desvío en el déficit fiscal o las restricciones para llevar a cabo la absorción necesaria", señaló Cavallo.
Lo hizo tras aludir a los costos que tendrá una expansión de los gastos en el segundo semestre del año, en el contexto de la campaña electoral, sobrepasando un déficit fiscal primario superior al 3,7% del PBI esperado por el mercado.
Pero fue incluso un paso más allá y volvió a encender las alarmas, mencionando nuevamente dos opciones que traen muy malos recuerdos a los argentinos. "En ese caso -sin cumplimiento de la deuda en estos meses, ni arreglo con el Fondo-, la aceleración inflacionaria y un aumento drástico de la brecha cambiaria podría poner al país al borde de un Rodrigazo, con peligro de hiperinflación, si el poder político estuviera ya muy debilitado".
En un análisis publicado en su blog, el exministro se pregunta si son realistas las expectativas de mercado para el próximo año y medio. Y la respuesta es ... depende.

Básicamente depende de lo que haga el Gobierno y de cómo administre los escasos recursos, las expectativas de los actores económicos, y de las decisiones que tome para evitar el descarrilamiento de la economía argentina. Pero también del margen de acción del ministro de Economía, Martín Guzmán, y los "condicionamientos que enfrentará por las ideas de la Vicepresidenta y sus colaboradores".
Para Cavallo, la opción de un nuevo default de la Argentina - sería el décimo de la historia- es una posibilidad que podría darse en el curso de los próximos dos años.
En ese sentido, en el documento explica que un eventual default de la deuda denominada en dólares "adoptaría la forma de entrar en atrasos (¨arrears¨) con el FMI, lo que bloquearía la posibilidad de acceder al financiamiento oficial, bilateral (Club de París) y multilateral (principalmente del BID y del Banco Mundial)".
Si los estos dos defaults -deuda en dólares y en pesos- "llegaran a ocurrir simultáneamente, el país caería en hiperinflación e híper-recesión al estilo de Venezuela", pronosticó Cavallo
El default de la deuda denominada en pesos, en cambio, "adoptaría la forma de un golpe inflacionario no anticipado, tipo "Rodrigazo", que reduciría la deuda en términos reales, a costa de los depósitos bancarios y de los bonos denominados en pesos"
Ahora bien, si estos dos defaults "llegaran a ocurrir simultáneamente, el país caería en hiperinflación e híper-recesión al estilo de Venezuela", pronosticó el exmandamás del Palacio de Hacienda en tiempos del 1 a 1.
Y casi como bálsamo, Cavallo destacó: "Si sólo se materializara el default de la deuda en dólares, pero el Gobierno pudiera evitar el default de la deuda en pesos, el clima actual de estanflación podría continuar sin una explosión inflacionaria, pero sin chances de recuperar la estabilidad y el crecimiento".












