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Si "todo marcha acorde al plan", y hay un aluvión de dólares llegando por la liquidación de exportaciones agrícolas, el billete estadounidense tendrá hoy otro día de calma, en la zona de los $ 1350. Después de tres meses intensos, con picos de tensión, Economía llegaría a este fin de semana con mejores indicadores mucho mejores en relación a los que terminó el anterior.

El viernes pasado tuvo los peores números de toda su gestión en materia de dólar, riesgo país, cotización de la deuda soberana, y acciones de las empresas locales. En estas horas, la sensación de empresas, analistas, economistas y otros actores económicos es que el Gobierno tiene más "aire", tanto por decisiones propias como por ayuda ajena.

Esta semana, el "team Disney" le ganó al "team Kaos". Es la primera alegría de los optimistas con el plan económico después de un mes y medio de sobresaltos, y de casi tres meses que Caputo y su equipo están bajo fuego intenso.

Tanto el "team Disney" como el "team Kaos" son dos ingeniosas denominaciones que eligió el economista Fernando Marull. De esa forma, separa -a grandes rasgos- a quienes solo ven aciertos en el gobierno de Javier Milei y la conducción económica de Caputo, versus los que auguran default, devaluación, desempleo, recesión y un sinfín de problemas.

Hace una semana, se contó que Caputo había activado contactos en Wall Street para recibir alguna ayuda de los Estados Unidos. Y esos guiños comenzaron a llegar el lunes, con los tuits del secretario del Tesoro de ese país, Scott Bessent. El miércoles, cuando el funcionario de Trump se refirió a un auxilio de hasta u$s 20.000 millones, Caputo se animó a hablar de una "nueva era".

Pero hubo otra medida -no original, también la adoptaron otros gobiernos en momentos de turbulencias cambiarias- que el equipo económico gestionó en silencio yle rindió resultados: la quita temporal de las retenciones agrícolas. Por esa vía, juntó u$s 7000 millones.

"Me parece que los mismos que venían criticando a Caputo por haberse desprendido de u$s 10.000 millones para mantener el techo de la banda, ahora deberían reconocerle que recuperó mucho de ese dinero", dice un ejecutivo financiero, que trabajó con Caputo en Wall Street, y a quien fácilmente se puede incluir en el "team Disney".

Caputo no bajará los guantes ni se relajará por esta "primavera", según dicen quienes lo conocen, aunque ahora "chatean" con menos frecuencia. "El respaldo de Estados Unidos le sirve para mostrar que no habrá problemas con los vencimientos de deuda de 2026. Es un acierto. Pero sabe que la oposición seguirá golpeando hasta las elecciones. Y para eso mantendrá la guardia alta", agregan.

Desde la canchereada de "comprá campeón, no te la pierdas", a comienzos de julio, cuando el dólar estaba a $ 1245, el billete verde se convirtió en una bola de nieve que parecía imparable. A fines de julio, superó los $ 1350 y se instaló en ese valor en agosto, pero acompañado de una suba de tasas de interés que complicaba el "día a día" de algunos empresarios.

El "apretón monetario" se convirtió en el latiguillo para castigar a Caputo y su equipo. "Si lo dice un economista coherente, como Martín Rapetti, lo tomo, porque es ecuánime con unos y otros. Ahora, que hablen "muy preocupados" de apretón monetario los mismos que convalidaron tasas de interés anual del 140% (abril de 2023), me parece absurdo", detalla un directivo de una petrolera, que pide no ser identificado.

El sector energético le viene esquivando a la crisis: su superávit comercial está en niveles récord (más de u$s 4200 millones a agosto).


Hace apenas una semana, el dólar tocó los $ 1495, después de una escalada inédita para los 21 meses del gobierno Milei. La gran obsesión argentina cotizó a $ 1375 el 4 de septiembre -tres días antes de la derrota del oficialismo en las elecciones legislativas bonaerenses- y se estiró a $ 1445 durante el 11 de septiembre.

Por estas horas, se vende casi al mismo importe que hace un mes (el 25 de agosto), en torno a los $ 1350. Pasó un mes, pero para la política y la economía fue una "eternidad".

"Puras promesas. Palabras sin que manden ni un dólar. Todo gaseoso. Ganaron aire, pero va a durar poco", describe un consultor de empresas, a quien -otra vez parafraseando a Marull- se lo puede rotular como "team Kaos". "El modelo apuesta a las importaciones, no hay consumo, la gente no tiene plata. No hay promesa de Estados Unidos que arregle eso", añade.

Las palabras de Donald Trump, clamando por la reelección de Milei, y las de Bessent, ponderando las reformas argentinas, son inusuales. Decenas de mandatarios de distintos países irían peregrinando a la Casa Blanca para llevarse elogios de esa magnitud.

"Algo debe haber hecho bien el Gobierno para cosechar tanto apoyo de Estados Unidos. Hay una apuesta por Argentina", coinciden el ejecutivo financiero y el petrolero. "Cuando se gobierna para la ortodoxia económica estadounidense, al país no le va bien, como le sucedió a (Fernando) De la Rúa y (Mauricio) Macri", contrarresta el exitoso empresario , más afín a la mirada "Kaos" en la mayoría de sus posiciones.

Según un informe de la consultora 1816, las operaciones con dólar futuro le habrían dejado $ 1 billón de ganancias al Gobierno. Fue porque el precio del dólar del jueves fue inferior al pactado en operaciones futuras.

Nadie duda que el factor desequilibrante del rebote fue Scott Bessent. El secretario del Tesoro es experto en mercado de divisas -se desempeñó en el fondo de inversión de George Soros- y es escuchado por los tiburones de Wall Street. José Luis Daza, el número dos de Caputo, también se mueve bien en esas aguas.

Caputo también fue trader. Sabe que, a veces, las apuestas tardan en dar sus frutos. Pero, en este caso, el vínculo con Bessent fue pura ganancias. El funcionario estadounidense -el mismo que visitó Argentina el día que se anunció el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y se levantó el cepo- dio señales inequívocas.

Las anclas

El Tesoro estadounidense parece dispuesto a poner dinero cuando pasen las elecciones. Si compra bonos de la deuda argentina, la cotización de esos papeles subirá y bajaría el riesgo país.

Si frente al pago de enero de 2026 -se lo estima en u$s 4000 millones-, el Tesoro presta dinero, la reputación de Argentina -conocido por ser uno de los mayores defaulteadores del mundo- también mejorará.

Igual, Caputo y Economía creen que las variables "macro" los sostienen. "Tuvimos un superávit comercial de u$s 1400 millones. Hubo un superávit primario en agosto de $ 1.556.864 millones y un superávit financiero de $ 390.301 millones. En lo que va del año, el resultado primario acumula un 1,3% del PBI y así el Gobierno se acerca a la meta acordada con el FMI de 1,6% para este año", repite Economía, en su mantra fiscalista.

El Gobierno anotó 19 meses en los que gastó menos de lo que le ingresó. El superávit primario en agosto se incrementó casi 30% en términos reales frente a igual mes de 2024, con erogaciones primarias que se redujeron 6,4%. El ministro, además, destacó en X que el resultado financiero contrasta con el déficit registrado en agosto de 2023 por $ 384.505 millones, "equivalente a $1.720.000 millones ajustados por inflación". "El Gobierno continuará garantizando el orden en las cuentas públicas ", agregó el ministro.