La dilación con que transcurre la negociación técnica entre el Gobierno y el Fondo Monetario Internacional (FMI) no hace más que alterar los ánimos en el Frente de Todos. Luego de la renuncia de Máximo Kirchner a la jefatura de la bancada oficialista en Diputados, más legisladores expresaron sus reparos al entendimiento con el acreedor más importante de la Argentina.

Ahora, dos diputados de extracción sindical, Hugo Yasky y Pablo Carro, dirigentes de la Central de Trabajadores de la Argentina (CTA), propiciaron una declaración de la central obrera durante un plenario de secretarios generales que advierte sobre el riesgo de ir hacia ajustes sobre la clase trabajadora y los más vulnerables.

Los sindicalistas interpretan que "el poder dominante local y el FMI pretenden erigirse en una suerte de gobierno supranacional" para "instalar como un hecho irreversible que el único camino que le queda a nuestro país es cumplir al pie de la letra con sus exigencias".

La CTA busca "plantear el debate sobre quiénes van a pagar lo que haya que ajustar, levantando la consigna de priorizar la deuda interna por sobre la deuda externa". También, dejaron una dura admonición hacia el Gobierno nacional.

Los diputados de la CTA y sus compañeros secretarios generales exigieron al Gobierno "medidas efectivas para frenar el incesante aumento de los costos de la canasta básica" y exigieron que el Gobierno propicie la efectiva recuperación de los salarios, las jubilaciones, las pensiones y los subsidios, en el diálogo tripartido durante las paritarias, y en el Consejo Nacional del Salario, que regula el haber mínimo, vital y móvil.

El plenario nacional pasó a cuarto intermedio para reanudar la sesión convocando a los diputados Carro y Yasky a prestar opinión cuando el contenido del preacuerdo con el FMI sea conocido, para "tomar una determinación al respecto".

Yasky, por su parte, dijo a El Cronista: "No vamos a anticipar posición hasta que sepamos en qué consiste".