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Alberto Fernández está excesivamente optimista. También los ministros y algunos legisladores oficialistas que estuvieron ayer con él en la Casa Rosada se mostraron confiados en que el gobierno logará aprobar en el Congreso elacuerdo con el FMI aunque visualizan un objetivo concreto para el día después de la votación: el desafío del pos acuerdo, como lo mencionaron varios funcionarios.

Mientras el Poder Ejecutivo giraba a Diputados del proyecto de ley del acuerdo con el Fondo que se tratará la semana que viene en el recinto, el Presidente junto con Sergio Massa, Juan Manzur, Juan Zabaleta y Axel Kicillof iniciaron un "proroteo" inicial de los legisladores del Frente de Todos. Se contaban aquellos votos que dan por seguro, evaluaban las voluntades que dudan o se inclinarían por la abstención y hacían un mapa de la oposición.

"No tengan dudas: se va a aprobar", escribió desde su WhatsApp un estrecho colaborador de Alberto Fernández anoche cuando ya culminaba una jornada intensa en la Casa Rosada.

El ánimo entusiasta del Presidente y sus allegados se vislumbró también en una reunión que mantuvieron en el primer piso de la Casa Rosada Alberto Fernández con el gobernador Kicillof, Manzur, y su par bonaerense, Martín Insaurralde;Zabaleta, y su par de la provincia, Andrés Larroque; el secretario de Hacienda, Raúl Enrique Rigo; la ministra de Gobierno de Buenos Aires, Cristina Álvarez Rodríguez, y la diputada nacional Victoria Tolosa Paz.

MARIA EUGENIA CERUTTI

La excusa de ese encuentro fue el acto de firma de dos convenios por los cuales el Gobierno nacional otorgará asistencia financiera a Kicillof por más de 75.000 millones de pesos durante 2022 para fortalecer la gestión provincial, garantizar la seguridad alimentaria y profundizar los programas sociales en el conurbano. Pero puertas adentro de lo único que se habló fue de los votos necesarios en Diputados para la votación de la semana que viene.

"Estamos convencidos de que el Congreso aprobará el acuerdo con el FMI que logramos conseguir y vamos a avanzar hacia el crecimiento", dijo un Zabaleta entusiasmado al culminar la reunión.

Larroque habló de "mantener un compromiso con la gente" y también se mostró optimista en la aprobación del acuerdo. Minimizó los tuits de La Cámpora que sostuvo: "el FMI ha actuado como promotor y vehículo de políticas que provocaron pobreza y dolor en el pueblo argentino" bajo una foto de Néstor Kirchner.

En la intimidad del gobierno creen que el kirchnerismo duro no obstaculizará la aprobación. Eventualmente se ausentarán de la sesión o votarán por la abstención. Esto fue lo que dejó entrever Máximo Kirchner tras un diálogo extenso con Massa.

El jefe de la bancada de diputados del Frente de Todos, Germán Martínez, también se mostró optimista. Calificó como "un golazo" el hecho de que el mismo día en que el gobierno giraba el proyecto del acuerdo los referentes de todos los bloques con presencia en la Comisión de Presupuesto aprobaban un cronograma de visitas de ministros, empresarios, gremios y movimientos sociales al Congreso para concretar la sesión el próximo jueves.

EL DIA DESPUÉS

Sin embargo, en medio de tanto optimismo y "poroteo" de votos favorables en el gobierno admiten que el trabajo más duro llegará después.

Es lo que denominan el "desafío del posacuerdo". Es decir, la planificación de la Argentina que viene, el cumplimiento de metas impuestas por el FMI y la atención a los sectores medios y bajos para lograr el crecimiento económico.

No será tarea sencilla. "Entre la pandemia y la deuda hemos desatendido a los sectores medios", se sinceró un funcionario que compartió ayer una reunión en el despacho presidencial.

En la práctica esto implicará avanzar con políticas públicas tendientes a aliviar a la clase media, a las pymes y los sectores que sustentaron buena parte de la ayuda social de los grupos vulnerables pero están apretados.

Esto forma parte de los "objetivos realistas" que describió Alberto Fernández ante el Congreso en la Asamblea Legislativa aunque el detalle de medidas para lograr esa meta no se mostró.

En este sentido, el alivio fiscal que tendrá el Estado por patear el pago de la deuda con el FMI se considera que debe apuntalar a estos sectores medios. Aunque el mensaje encierra muchas contradicciones como la necesidad de cumplir con las metas de recorte de subsidios, aumento de tarifas y la baja del déficit para el 2025 según lo acordado con el FMI.

Algunos referentes del Frente de Todos especulan que quizás el silencio que mantuvo Cristina Kirchnerhasta ahora sobre el acuerdo gira alrededor de esta disyuntiva. En tal caso, el enigma de la vicepresidenta se resolverá si Alberto Fernández logra su triunfo en Diputados y el proyecto del acuerdo luego pasa el Senado.