

Luego del decepcionante empate del sábado ante Paraguay, la Selección Argentina tendrá mañana una exigente prueba de fuego ante su par de Uruguay, por la segunda fecha del Grupo Clasificatorio B de la Copa América Chile 2015. El partido es clave para que la selección pueda terminar primera en el grupo y quedarse en La Serena en lugar de mudarse a Concepción (si sale segundo: si es tercero, deberá esperar a ver cómo queda).
Más allá de ser el último campeón, el conjunto uruguayo -como buen vecino- conoce de memoria las grandes individualidades que posee el equipo dirigido por Gerardo Martino, pero también reconoce sus debilidades, algunas de las cuáles arrastra de un buen tiempo a esta parte.
La falta de equilibrio que mostró la Argentina durante los últimos minutos del complemento ante Paraguay parece ser su karma, su Talón de Aquiles.
Incluir a Messi, Agüero, Di María y Pastore en un mismo equipo y dejar en el banco a Tevez e Higuaín, por poner un ejemplo, es un lujo que muy pocos directores técnicos en el mundo pueden darse.
Sin embargo, la abundancia de jerarquía en el ataque sigue sin ser correspondida en el mediocampo, más allá de la presencia de Mascherano, y la defensa.
Pese a ser consciente de este problema, Martino fue fiel y priorizó el ataque incesante, aún cuando el partido ya estaba 2-1 frente a Paraguay, dejando espaldas descubiertas y arriesgando innecesariamente la victoria.
Ser ofensivo en la propuesta es festejado por los hinchas de cualquier parte del mundo. Sin embargo, conociendo las limitaciones del plantel argentino en este aspecto, sería inteligente también revisar la forma en cómo se defiende cuando se ataca y si es tan necesario jugar con sólo tres mediocampistas, decisión que obliga a hacer subir siempre a uno de los laterales para compensar la diferencia numérica con el rival de turno en la zona de gestación, donde se empiezan a ganar los encuentros.
Las transiciones de ataque en defensa ante los dirigidos por Ramón Díaz fueron flojas en los últimos minutos y pudieron lastimar más de lo debido. Si esto se repite ante Uruguay, un equipo con mayor peso ofensivo, el panorama de la Argentina podría llegar a complicarse más de lo imaginado.
Ante Paraguay, Argentina volvió a sufrir su falta de eficacia a la hora de concretar la buena cantidad de situaciones que tuvo a su favor. Perdonó, como en la final del Mundial frente a la selección de Alemania, y lo terminó pagando caro.
Si bien esta vez no se perdió, suena a consuelo con sabor a poco, sobre todo si se tiene en un mismo plantel a un tal Messi, Agüero, Tevez, Higuaín, Di María, y Pastore, entre otros, quiénes no necesariamente deben jugar siempre -en su gran mayoría- juntos.
Las coordenadas del partido ante Paraguay:













