

Las ondas de choque del FIFAgate repercutirán hasta la llegada de Rusia 2018 y es casi seguro que superarán dicha instancia. Pero más escándalos se suman para acompañar al torneo en suelo ruso.GeoestrategiaEn marzo el gobierno de Inglaterra anunció su intención de boicotear parcialmente el Mundial en Rusia. El mensaje tuvo origen tras el incidente diplomático con el futuro país anfitrión por espionaje, donde un ex agente ruso y su hija resultaron envenenados por, según se acusa, haber delatado a compañeros en suelo inglés. Si Inglaterra no se presenta en junio, pudiera recibir sanciones por parte de la FIFA, de acuerdo a su reglamentación, además de privarse de competir en Qatar 2022. Por otra parte, y debido a las estrictas medidas de seguridad que se observarán en suelo ruso, pudiera peligrar el abastecimiento de granos durante la competencia.Explotación y corrupciónPese a que la construcción de los estadios se ralentizó en 2017, el proceso marcha sin las grandes demoras vistas antes de Brasil 2014. Pero existen otros problemas, como una flagrante violación de Derechos Humanos. Es el caso de la construcción del estadio Krestovski, conocido como Zenit (de San Petersburgo). Allí se denunció la presencia de 110 trabajadores norcoreanos reducidos a esclavitud y viviendo en containers con escasez de agua y comida, confiscación de sus sueldos y jornadas laborales de más de 15 horas. Se reportó que más de 20 murieron. Trabajadores de Asia Central también aportan a la construcción del arena más caro de la historia del fútbol, con costo de u$s 1.500 millones. Pero la instalación construida no es buena, adoleciendo de un sistema eléctrico deficiente. Hay que sumar la construcción de una estación de subte y una autopista para conectar, por lo que el monto se eleva a u$s 3.500 millones, aunque debería haber costado la mitad puesto que esa proporción se la llevó la corrupción.DopingEl doping protagoniza grandes celebraciones deportivas. Rusia 2018 no es la excepción y lo más llamativo es que la noticia tenga por protagonista al seleccionado anfitrión. En enero trascendió que el Ministro de Deportes, Vitaly Mutko, habría dado la orden de dopar a su selección y la FIFA deberá estar muy atenta a esa posibilidad. El problema no es novedad. Se vivió en los JJ.OO. de Sochi 2014, que propició la prohibición de participación rusa este año en la edición en Pyeongchang, Corea del Sur. También el combinado ruso fue prohibido en atletismo en los JJ.OO. de Río y recayó suspensión sobre 11 atletas.Los violentos y el terrorismoLos ultras rusos son otro frente para vigilar. Los antecedentes de peleas son conocidos, como en Marsella, donde se enfrentaron a hooligans ingleses en la Eurocopa 2016. A propósito, el año pasado, por la Copa Confederaciones que tuvo lugar en Rusia, el presidente Putin aprobó una ley para reforzar controles antes de los partidos y restringir la cantidad de aficionados con derecho a ingreso a los estadios, valiéndose de los antecedentes. Esta normativa también regirá para el Mundial. Además, varias fuentes indican una alta posibilidad de atentados yihadistas y el ISIS anunció sendas amenazas. El gobierno ruso dispuso un plan de seguridad que, entre varios puntos, incluye denegar ingresos al país a quienes tengan alguna causa judicial. Por temor a actos terroristas, cerrarán muchas fábricas durante el torneo.Aumento de preciosSe teme la subida de precios durante el Mundial. Por caso, multaron a por lo menos dos centenas de hoteles por sobreprecios de hasta 570% y un equivalente a u$s 105.000. La Agencia Federal de Turismo local elaboró una lista de más de 30 establecimientos hoteleros que aumentarían en forma arbitraria sus precios a partir de junio.













