Hay mucho en juego en las elecciones del próximo domingo. El lector podrá responder que ello pasa siempre en cada elección pero un derrota amplia de LLA en PBA, cuatro puntos porcentuales o más, puede llevar al país nuevamente al casillero de inicio, como en los juegos de mesa. Sería un golpe para el plan oficial, para el acuerdo con el FMI, para los mercados que no tienen incorporado ese escenario en los precios y provocarían que los 49 días hasta las elecciones del 26 de octubre puedan asemejarse a 49 años.
¿Es posible ese escenario? Ningún encuestador, de los pocos serios, lo descarta. Consultado uno de ellos por El Cronista, señaló que recién el miércoles tendrán los resultados del último trabajo de campo. La confianza de Javier Milei y del propio Luis Caputo en las últimas declaraciones públicas realizadas acerca del resultado en PBA hace suponer que el gobiernocuenta con relevamientos propios que dan sustento a esa confianza. No se entenderían sino esas declaraciones. Al contrario: la mejor manera de alentar a los simpatizantes de LLA a que vayan a votar es creando un escenario en el cual puede haber un triunfo del kirchnerismo, populismo, o peronismo.
Ese escenario tendría impacto inmediato en los mercados con el dólar en el centro de la escena. ¿Servirán las bandas de flotación para contenerlo? ¿Valdrá la pena mantener esas bandas de flotación? Estos interrogantes van a surgir de confirmarse ese escenario en los 49 días hasta el 26 de octubre. Y el mercado llevará a testear el tope de la banda para ver la reacción oficial.
El ausentismo será la principal fuerza ganadora en la batalla de PBA. Tiene lógica: hay desencanto en buena parte de la sociedad. Los candidatos de Fuerza Patria están en blanco y negro, renovación cero, y son más de los mismo, con todo lo que ello trae aparejado. Del lado de LLA, el desencanto viene, operación K o no, por el impacto reciente de los audios, y de las altas tasas en pesos. La mitad de los bonaerenses quizás no se muevan de sus casas el próximo domingo. Y muchos de los que se muevan desconocen lo que se está votando.
El test es el de siempre: tras gobiernos populistas, asumen otros que apuntan a desactivar las bombas heredadas en poco tiempo y lograr el respaldo de la sociedad en las elecciones de medio término. A veces lo logran pero estallan otras bombas (no heredadas) después, como en la gestión Macri. Y luego vuelven otros gobiernos populistas que vuelven a cavar y a enterrar más al país. Y así pasa la vida. En esta ocasión, primó el shock de entrada. Veremos cómo reacciona el paladar de los bonaerenses a las reformas introducidas y a los errores de gestión cometidos.
Final abierto.