Hace años 7 años realizamos el primer un encuentro de reflexión con el objetivo de mirar más allá de la próxima campaña y aprovechamos para junto a la academia y el gobierno pensar juntos.

Este año el lema de Argentina Visión 2020/2040 fue ¨Agroindustria de exportación a través de políticas de estado¨, pensado como un paso intermedio en el agregado de valor en nuestros comodities.

Haciendo memoria en función de lo difícil que fue el año pasado allá por abril y mayo cuando nuestra macroeconomía empezó a corcovear algunos empresarios del agro hablamos con dirigentes y con cámaras pensando si esta vez no tenía que ser el agro quien dé el primer paso en ofrecer alguna ayuda a través de alguna medida extraordinaria, acotada y puntal para ayudar a cruzar el puente.

Finalmente la economía y la macro siguieron complicadas y el gobierno no tuvo más remedio que como medida de emergencia el primero de septiembre, aplicar nuevamente las retenciones del 10%, esta vez a toda la industria de exportación, entendiendo y actuando como un médico cirujano de tienda de campaña de guerra donde tiene que amputar para salvar la vida de su paciente.

Sabemos que este tipo de medidas no son las mejores y vemos como empiezan a erosionar nuestra agroindustria en el mediano y largo plazo.

La pregunta que, tal vez, deberíamos hacernos como clúster del agro podría ser: ¿estamos pudiendo explicarnos? ¿estamos transmitiendo a la sociedad toda que no somos oligarcas, terratenientes, que nos la llevamos en pala sino que somos trabajadores, profesionales, emprendedores, empresarios, personas que día a día dejamos todo en la cancha?

Esas personas que cada mañana se levantan de noche a ordeñar, a recorrer cientos de kilómetros para monitorear los cultivos, sembrar o arrear el ganado.

Somos un sector que apuesta miles de millones de dólares, año a año, a cielo abierto, asumiendo altos riesgos para desarrollar lo que es hoy el agro argentino. ¿Somos todos los argentinos conscientes? A mi me parece que no, entonces: ¿de quien es la culpa?

Cuando vemos a China que tiene aranceles de importación diferenciados del 3% para el poroto, 5 para la harina y 9 para el aceite. ¿Qué pensamos que eso conlleva? ¿nos van a comprar más harina de soja….o más poroto? ¿cómo se lleva esa respuesta con la capacidad instalada y su ociosidad?

Cuando vemos que en los 90´ Ucrania producía menos girasol que Argentina y hoy es el número 1 del mundo en aceite de girasol, luego de introducir 10% de export tax a la semilla que promovió su industrialización en origen. Nosotros, ¿estamos defendiendo el valor agregado en origen? Para tener en cuenta: una exportación de un cargo de poroto de soja involucra 25 personas, versus 250 la de una harina de soja.

Cuando como país puedo vender: aceite de oliva, vino o harina de soja, ¿voy a más países o menos países? ¿tengo, entonces, menos riesgo o más riesgo?

Es por todo esto que necesitamos reflexionar entre los colegas del agro y preguntarnos: ¿estamos ordenadamente haciéndonos escuchar? ¿logramos juntos establecer una estrategia en el contexto?

Hoy tenemos la posibilidad de establecer reglas conjuntas y de trabajo en equipo con los distintos equipos de gobierno de agro, ¿lo estamos aprovechando y pensando en el largo plazo? Estas preguntas cobran especial relevancia en la actualidad bajo el nuevo acuerdo Mercosur/Unión Europea. Pues, al final de cuenta, como bien decía Víctor Frankl, “Lo importante no es lo que nos pasa sino que hacemos con lo que nos pasa…..