Este gobierno no está acabado. El peronismo no tiene servido octubre. Podríamos comenzar la columna diciendo todo lo contrario para que el lector celebre o se indigne en igual medida. Pero el objetivo es entender lo que sucedió más allá de títulos exitistas que confunden al ciudadano en la toma de decisiones.

Lo que sí es cierto es que el presidente Javier Milei hizo todo lo posible para que una elección bonaerense se internacionalizara. Ya no solo sea algo nacional. El jueves en Estados Unidos los funcionarios argentinos fueron consultados por la elección en Buenos Aires.

Pero así como en mayo, tras el triunfo capitalino, parecían imbatibles, el resultado del domingo quizás le haga entender a Milei que las decisiones tienen consecuencias y que el votante puede cambiar de opinión si observa que las decisiones que se toman en Balcarce 50 complican su escenario doméstico. Hasta quizás entienda que ajustar en discapacidad no es una buena idea. ¿Octubre será distinto? puede ser. Pero por ahora esto es lo que hay.

Milei y "el Jefe" (Karina) perdieron por una diferencia que no esperaban. Eso es un problema. Nadie sabe como puede reaccionar el binomio ante semejante estrés de gestión. Si nos quedamos con su frase en Expoagro, deberíamos preocuparnos. Allí dijo "voy a acelerar más en las curvas". Si lo hace en el mismo sentido como viene haciéndolo hace 90 días el despiste es algo verosímil.

El ministro Luis "Toto" Caputo tampoco esperaba esto. El mercado quizás sí. Hay una frase repetida por economistas argentinos y reza "el mercado se da cuenta antes que el electorado". Para peor, todos coinciden que el error de origen que comenzó una rueda sin fin fue el desarme de las ya famosas LEFI. El resto, presuntas coimas incluida, es historia conocida.

¿Cómo reaccionará "el mejor ministro de economía de la historia"? Es una de las principales dudas a partir del lunes. El otro Caputo, Santiago, el viernes corrió la versión de una derrota por cinco puntos. De tener todo controlado a quedar inmerso en una crisis a gran velocidad. ¿Lo escuchará Milei en detrimento de su hermana? Difícil.

Decíamos en este espacio el 5 de agosto: "El Gobierno salió a filtrar que en materia electoral septiembre es el nuevo octubre. Es decir, que el resultado de la elección provincial será un envión o un golpe brutal a las expectativas de poder del presidente Javier Milei para los dos años que le quedan de gestión. Entonces todos los focos están puestos en las secciones electorales que hasta hace un mes no le importaban a nadie salvo a los intendentes. Y el Conurbano bonaerense parece estar lejos de 'verla'".

La cita no es para mostrar una suerte de "anticipo" (nadie vio venir este resultado. Ni el peronismo). Es simplemente para graficar que fue el Presidente y su equipo de "iluminados" los que apuntaron a esta elección como la más trascendental de la historia de la humanidad. O algo similar.

En el peronismo, Axel Kicillof jugó su carta de desdoblamiento cuando la marea violeta se quedaba con todo. No hubo un peronista, salvo quienes le responden en la mesa chica, que no se quejara de la decisión. "Se nos vienen dos derrotas consecutivas", repetían en La Cámpora. Con el diario del lunes, la decisión dió en el blanco.

El gobernador bonaerense enfrentó a Cristina Fernández de Kirchner, quien afirmaba en público que desdoblar "le quita fuerza al peronismo". Estaba equivocada. De esta manera, Kicillof no solo se afirma para ser candidato en 2027 sino que por primera vez puede mostrar que decidió a contramano de lo que planteaba su exjefa y acertó. El triunfo no oculta la interna, pero calma los nervios.

"Es como un equipo de fútbol. Siempre es mejor ganar. Aunque no juguemos bien. Trabajamos con calma ahora que sumamos de a tres", comparó un hombre del riñón del gobernador, fanático del fútbol, a El Cronista desde el búnker oficialista.