Análisis

Inexplicables demoras, apuros y cambios en una regulación clave para la salud

En enero pasado la ANMAT (Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica) mantuvo en consulta de opinión pública, y durante el brevísimo lapso de siete días, un proyecto de disposición denominado "Ejercicio de comparabilidad de especialidades medicinales de origen biológico" (ANMAT-MED-CEM 001-00/7327), a modo de una "Guía Complementaria para la implementación efectiva de la Disposición ANMAT Nº 7729/2011.

Estas guías eran muy esperadas por la industria farmacéutica y la comunidad científica en general, desde hace... más de 13 años! No solo sorprende la demora en confeccionar esta guía, medida en años, y la celeridad de la consulta pública, medida en días, sino también algunos de los conceptos más importantes de su contenido.

Se trata de disposiciones que contienen los requisitos para la aprobación de un tipo particular de medicamentos, los biosimilares, que son aquellos medicamentos biológicos no-innovadores, que se desarrollan tomando como referencia a los biológicos innovadores.

Estos últimos son aprobados con las máximas exigencias regulatorias incluyendo estudios preclínicos y clínicos, en cambio las exigencias para biosimilares son más abreviadas, pero suficientes parta demostrar que no tienen diferencias significativas con los innovadores.

La agencia europea EMA aprobó el primer medicamento biosimilar en el mundo en 2006, bajo una normativa emitida un año antes. La ANMAT demoró 6 años en emitir la disposición Nº 7729/2011 que establece los requisitos para el registro de medicamentos biosimilares.

Esta disposición no contiene la palabra biosimilar y el texto es ambiguo o carece de ciertos detalles técnicos importantes para establecer de manera comparativa su calidad, eficacia y seguridad con respecto al biológico de referencia. No obstante, en el artículo 12 se promete que "Esta Administración Nacional elaborará las Guías Complementarias necesarias para la implementación efectiva de la presente disposición". Tuvimos que esperar 13 años para poder opinar durante siete días de enero sobre un borrador de estas Guías Complementarias.

El borrador es prácticamente un extracto de todas las disposiciones de EMA, con la salvedad de que la agencia europea establece la necesidad, casi absoluta hasta el día hoy para anticuerpos monoclonales (una clase muy importante de medicamento biotecnológico), de completar el ejercicio de biosimilaridad con al menos un ensayo clínico comparativo de eficacia y seguridad en la indicación terapéutica más sensible de todas las aprobadas para el biológico de referencia.

En cambio, en su línea 1005 el borrador de ANMAT indica que "Un ensayo comparativo de eficacia puede no ser necesario si se puede inferir suficiente evidencia de biosimilaridad a partir de otras partes del ejercicio de comparabilidad".

Ambiguo. Siempre existe un grado de incertidumbre a la hora de establecer la identidad en estructura y función entre dos proteínas o glicoproteínas complejas, como los anticuerpos monoclonales, producidas por procesos biotecnológicos diferentes. Esa incertidumbre suele quedar resuelta si al final del ejercicio de biosimilaridad no se evidencian diferencias significativas entre biosimilar y biológico de referencia durante los ensayos clínicos de eficacia y seguridad.

Si este borrador se aprueba tal como fue concebido, ANMAT podría considerar que esos ensayos clínicos definitorios no son necesarios.

Si bien EMA está estudiando y revisando sus normativas, hasta la fecha no aprobó ningún anticuerpo monoclonal biosimilar sin al menos un ensayo clínico de eficacia y seguridad, con evaluación de inmunogenicidad comparada. Pareciera ser que ANMAT ahora se está adelantando, no exenta de riesgos, a lo que eventualmente disponga EMA más adelante, pero no lo sabemos. 

Ante esa incertidumbre, lo más aconsejable sería tomar decisiones sobre evidencia científica y clínica segura, más aún cuando se trata de medicamentos complejos para el tratamiento de enfermedades aún más complejas. Un dato no menor: hace 10 años, en 2014, ANMAT aprobó, bajo la disposición 7729, el primer anticuerpo monoclonal "biosimilar" producido en Argentina, sin datos clínicos de eficacia y seguridad (Feijó Azevedo V, Babini A, Vieira Teixeira F, Age Kos I, Matar P. DOI: 10.5639/gabij.2016.0502.017). Con esta aprobación ANMAT se estaba adelantando 10 años a su actual borrador de las Guías Complementarias?

La ciencia regulatoria es dinámica por naturaleza ya que se construye en base a otras ciencias y disciplinas que están en permanente estado de evolución por el avance en el conocimiento científico y tecnológico. Es esperable que esta evolución de la ciencia regulatoria optimice la toma de decisiones para fortalecer la transparencia y eficiencia de los procesos de registro de medicamentos. Sin embargo, hasta tanto las evidencias científicas y clínicas no sean lo suficientemente sólidas, adelantarse en el tiempo puede ser un acto de mucho riesgo para los pacientes.

*Esta opinión es propia y exclusiva del autor y no necesariamente de las Instituciones a las cuales pertenece.

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