Coronavirus: la Argentina necesita un Plan Marshall para que sus empresas se recuperen

Con casi 2 millones de casos confirmados y 115.000 muertes, no es casual que el mundo compare hoy el impacto que el coronavirus tiene en la sociedad con el que produce un conflicto bélico.

En la Argentina, de hecho, la vinculación parte del propio presidente Alberto Fernández. Y no solo por comparar a la pandemia con una "guerra contra un enemigo invisible" sino también por apelar, como otros mandatarios con los que comulga, como el mexicano Andrés López Obrador o el español Pedro Sánchez; a la figura del Plan Marshall como una salida para la crisis que atraviesa hoy una economía que proyecta, según el Banco Mundial, una caída anual del 5,2% del PBI.

George Marshall fue, en definitiva, un militar estadounidense que durante la Primera Guerra Mundial planificó las operaciones de Infantería en Francia y que, ya como Jefe de Estado Mayor del Ejército, estuvo a cargo de diseñar la estrategia de los aliados en Europa en la Segunda Guerra Mundial. Pero, fundamentalmente, fue quien impulsó en la posguerra el plan de asistencia financiera de EE.UU que, entre 1947 y 1951, acompañó la reconstrucción europea.

Crecimiento versus subsistencia

Se trató por entonces de prestar fondos a bajas tasas para recuperar el ejido industrial y activar a las empresas para poner en marcha la actividad económica en el Viejo Continente. Una idea que aplica a la economía argentina desde hace muchos años, pero más aún en tiempos de profundización de la crisis por la parálisis que genera la pandemia.

Claro que el escenario de la deuda argentina, aun con una reestructuración pendiente, presenta un desafío para poder acceder a esa "solución". Hoy, lejos de pensar en una reactivación, las empresas argentinas se endeudan solo para cubrir salarios. Apenas 3% de las pymes, por caso, accedió a la línea de 24% promovida por el Gobierno. Y es que la mayoría considera que tomar préstamos a esa tasa, aunque sea la mitad del nivel de inflación, resulta insostenible en un escenario en el que los ingresos casi desaparecieron y no se vislumbra aún hoy cuándo podrán recuperarse.

Según CAME, por cada día de cuarentena, en marzo se perdieron ventas por más de $ 10.000 millones, lo que provocó una caída de casi 50% interanual. Peor aún peor, solo una de cada cuatro pymes pudo cubrir la totalidad de sus cheques.

Hoy, lejos de pensar en una reactivación, las empresas argentinas se endeudan solo para cubrir salarios

A ello, hay que agregarle que por el freno de la actividad turística, que para localidades como Bariloche representa el 50% de su PBI, las economías regionales dejaron de recaudar en Semana Santa unos $ 14.800 millones. Son millones de turistas que dejaron de movilizarse por el país, de consumir, de alimentar a la economía, particularmente a las empresas que sostienen el empleo y hoy más que nunca necesitan de un "Plan Marshall" que las ayude a superar la pandemia y dejar atrás la convalecencia.

De acuerdo a un estudio de Analytica, casi la totalidad de las pymes sólo puede sobrevivir tres semanas sin crédito. Y la cuarentena abarcará, al menos, el doble de ese tiempo.

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